Los elevados precios de la energía en Brasil han hecho que resulte más rentable para Alcoa, productor estadounidense de aluminio, reducir la producción local del metal y dedicarse más al comercio de energía, según líderes sindicales y expertos del mercado.
Una sequía prolongada ha secado las represas de las hidroeléctricas, ha elevado los precios de la energía y, con ello, el riesgo de un racionamiento de energía creando así una situación potencialmente crítica para la presidenta Dilma Rousseff a muy poco tiempo de la Copa Mundial de Fútbol a celebrarse en junio y de las elecciones presidenciales en octubre.
Alcoa, que cuenta con sus propias centrales de energía térmica en Brasil, dijo en marzo que suspendería la producción local de 147,000 toneladas de aluminio debido a los elevados costos que hacen que las fundiciones no sean competitivas y como parte de un programa mundial de los grupos metalúrgicos de EE.UU. para reducir costos como respuesta a los niveles más bajos de los precios del aluminio en los últimos cinco años.
Las reducciones de la capacidad de fundición en Brasil son sólo reducciones, no cierres, y la compañía solamente está vendiendo energía sobrante que actualmente no se utiliza en nuestras operaciones. dijo Alcoa. Continuaremos evaluando las condiciones del mercado para determinar si es posible reiniciar la capacidad.
La producción de aluminio requiere mucha energía, y las fundiciones en todo el mundo a menudo cambian de la producción de aluminio a la venta de energía. Sin embargo, en Brasil la energía hidráulica ha sido un pilar de la estrategia de industrialización del país, apoyando a las industrias de elevado consumo energético, como la petroquímica y la fabricación de autos.
Rousseff, antigua ministra de Energía, hasta el momento ha evitado que los altos precios de la energía afecten los bolsillos de los votantes mediante un programa de subsidios que Carlos Langoni, antiguo presidente del Banco Central, calcula que costará u$s 20.000 millones este año.
El sector de la energía eléctrica se ha convertido en una nueva fuente de incertidumbre, advirtió Langoni. El riesgo de racionamiento se incrementa sistemáticamente.
El operador nacional de energía calcula que el suministro eléctrico caerá hasta en un 6% si los niveles de los embalses, actualmente al 38% de capacidad, continúan bajando. Las hidroeléctricas suministran más del 70% de la energía de Brasil.
Conocedores del mercado indican que producir la energía costaría aproximadamente R$ 40 (u$s 18) por megavatio-hora en plantas generadoras de energía similares a Alcoa. La misma energía se vende actualmente en el mercado al contado en aproximadamente R$ 822 por MWh, mientras que los contratos de energía a dos y tres años se venden a más de R$ 250.
