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Madrid no es solo su capital ni sus grandes ciudades. Más allá de Getafe, Móstoles o Pozuelo de Alarcón, existen pueblos con encanto, historia y, en algunos casos, una extensión territorial que sorprende incluso a los propios madrileños.

En este sentido, Rascafría se destaca como el municipio más grande de la Comunidad de Madrid por superficie, con un total de 150,28 kilómetros cuadrados, superando ampliamente a las localidades más pobladas del sur y oeste de la región.

Este dato resulta llamativo si se considera que Rascafría tiene una población de apenas 1700 habitantes, pero alberga algunos de los espacios naturales más visitados de Madrid, como el Parque Natural de Peñalara, el Valle del Paular o el Monasterio de Santa María de El Paular.

El entorno montañoso de Rascafría, parte del Parque Natural de Peñalara, es perfecto para rutas de senderismo y escapadas rurales.

Qué hace especial a Rascafría

Situado a tan solo 90 kilómetros de la ciudad de Madrid, Rascafría se encuentra enclavado en plena Sierra de Guadarrama, y combina un valioso patrimonio natural con un entorno rural que atrae a miles de visitantes cada fin de semana. Su vasto territorio le permite acoger rutas de senderismo, bosques, cascadas y lagunas de origen glaciar.

El municipio ha logrado preservar su identidad, sin grandes urbanizaciones ni presión inmobiliaria, lo que favorece su conservación y lo convierte en un referente del turismo sostenible en la comunidad. Además, cuenta con alojamientos rurales, restaurantes con cocina local y una oferta cultural vinculada a su historia monástica y artesanal.

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Un lugar que sorprende por su extensión

De acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), Rascafría encabeza la lista de municipios madrileños con mayor superficie. Le siguen otros como Madrid capital (604,3 km²), aunque esta ya no se considera “pueblo”, y municipios como San Lorenzo de El Escorial o Colmenar Viejo, que también cuentan con amplias extensiones.

En contraste, Getafe (78,7 km²), Móstoles (45,3 km²) y Pozuelo de Alarcón (43,2 km²) aparecen con menos de la mitad de superficie que Rascafría, pese a concentrar una población muy superior. Esto subraya el carácter eminentemente rural y protegido del pueblo serrano.

Un enclave ideal para una escapada todo el año

Gracias a su altitud y su clima de montaña, Rascafría ofrece paisajes cambiantes según la estación. En verano, sus piscinas naturales en el río Lozoya son un atractivo irresistible; en otoño, los bosques se tiñen de colores ocres y rojizos; y en invierno, se convierte en base para quienes visitan las estaciones de esquí de Navacerrada y Valdesquí.

La Iglesia de San Andrés Apóstol es uno de los emblemas arquitectónicos del municipio, reflejo de su historia y arraigo cultural.

También cuenta con conexiones en autobús desde Madrid, lo que facilita su acceso sin necesidad de coche. La combinación de naturaleza, tranquilidad y patrimonio convierte a este pueblo en una opción perfecta para quienes buscan desconectar a poca distancia de la ciudad.Aunque Rascafría no lidere en número de habitantes ni en desarrollo urbano, su protagonismo territorial y su valor ecológico lo posicionan como un referente dentro del mapa madrileño, ideal para conocer otro rostro de la comunidad.