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Cuando se habla de países herméticos, Corea del Norte suele ser el primero en venir a la mente. Sin embargo, existe otro rincón del mundo que comparte características de aislamiento, culto al líder y políticas estatales extremas, aunque es mucho menos conocido. Este país es Turkmenistán, una república exsoviética donde la ciudad de Ashgabat, completamente revestida en mármol blanco, se erige como uno de los símbolos más llamativos de su identidad nacional.

La vida diaria en Turkmenistán está marcada por un estricto control gubernamental, aunque también se observan ciertos privilegios. En este país, no hay acceso libre a internet ni prensa independiente, pero el gobierno ha garantizado agua, gas y electricidad gratuitos para todos sus ciudadanos desde hace décadas. La capital, con su apariencia sacada de un decorado de cine, refleja este singular estilo de vida.

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No es Corea del Norte: el país donde todo es gris, no hay wi-fi pero el agua y la electricidad son gratis. (foto: Pexels).
No es Corea del Norte: el país donde todo es gris, no hay wi-fi pero el agua y la electricidad son gratis. (foto: Pexels).

Qué hace único a este país donde todo es blanco y no hay wi-fi

Ubicada en el corazón del desierto de Karakum, Ashgabat ha sido reconocida por el Récord Guinness como la ciudad con más edificios de mármol blanco del mundo. Este distintivo estilo arquitectónico comenzó a desarrollarse en la década de 1990, tras la independencia de la URSS, como un símbolo de modernidad y nacionalismo.

El presidente Saparmurat Niyazov, conocido como Turkmenbashí (“líder de los turcomanos”), llevó a cabo una remodelación integral de la capital, construyendo palacios, ministerios, monumentos e incluso un Arco de la Neutralidad que se corona con su estatua giratoria. En la actualidad, la ciudad se presenta impecable, casi desierta y se mantiene bajo una estricta vigilancia estatal.

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No es Corea del Norte: el país donde todo es gris, no hay wi-fi pero el agua y la electricidad son gratis. (foto: Pexels).
No es Corea del Norte: el país donde todo es gris, no hay wi-fi pero el agua y la electricidad son gratis. (foto: Pexels).

La vida cotidiana en Turkmenistán

Turkmenistán presenta uno de los niveles de censura más elevados del mundo. De acuerdo con Reporteros Sin Fronteras, se sitúa en el puesto 176 de 180 en cuanto a libertad de prensa y el acceso a redes sociales como WhatsApp, Facebook o YouTube está completamente bloqueado. Únicamente se permite el uso de aplicaciones controladas por el gobierno.

El acceso a internet en los hogares es limitado, costoso y extremadamente lento. Muchos ciudadanos carecen de conexión en sus residencias y el uso de VPN está prohibido por ley. En su lugar, el gobierno promueve canales estatales y plataformas de noticias oficiales como la única fuente de información.

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Razones que hacen del agua, la luz y el gas recursos gratuitos

Desde 1993, el Estado asegura a todos los ciudadanos el acceso gratuito a servicios básicos como agua, gas y electricidad. Durante años, también se subvencionó la gasolina, permitiendo llenar el depósito de un coche por apenas unos céntimos. Aunque algunas de estas ayudas se han reducido, una gran parte de los hogares aún no paga tarifas comunes.

Estas políticas se fundamentan en una lógica de legitimación del régimen. A cambio del silencio político y la obediencia, el Estado ofrece beneficios materiales esenciales. Turkmenistán, con una de las mayores reservas de gas natural del mundo, ha podido implementar históricamente estas medidas populistas.

Otras curiosidades notables de este país

Uno de los destinos más emblemáticos de Turkmenistán es el cráter de Darvaza, conocido popularmente como “la puerta al infierno”. Esta impresionante grieta en llamas, ubicada en medio del desierto, ha estado ardiendo durante más de 50 años y se ha convertido en uno de los pocos atractivos turísticos accesibles para los visitantes extranjeros.

A pesar de su aparente aislamiento, el país ha buscado atraer inversiones extranjeras, especialmente de China y Rusia, aunque siempre bajo estrictas condiciones de control. El idioma oficial es el turcomano y la religión predominante es el islam sunita, que coexiste con una notable influencia secular heredada del régimen soviético.