

El subsidio por desempleo para mayores de 52 años ha sido una tabla de salvación para quienes, tras agotar la prestación contributiva, se encuentran sin empleo y con dificultades para reincorporarse al mercado laboral español.
Este beneficio social, que asciende a 480 euros mensuales y permite seguir cotizando para la jubilación, es vital para cientos de miles de personas en todo el país.

Sin embargo, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) ha anunciado una serie de cambios que, a partir de 2026, podrían dejar sin esta prestación a muchos beneficiarios

Entre los cambios más significativos se encuentra el aumento de la edad máxima para percibir la ayuda: hasta ahora, se podía mantener hasta los 66 años y 8 meses, pero desde 2026 solo se podrá cobrar hasta los 66 años y 10 meses, y a partir de 2027, hasta los 67 años, salvo que se cumplan los requisitos de cotización anticipada.
Requisitos más estrictos para acceder al subsidio
Además del aumento en la edad máxima, el SEPE ha endurecido los requisitos para acceder a esta ayuda. Ahora, se exige:
- Haber cotizado al menos 15 años a lo largo de la vida laboral, con un mínimo de 2 años dentro de los últimos 15.
- Contar con al menos 6 años cotizados por desempleo.
- No superar el 75% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en ingresos personales y estar inscrito como demandante de empleo.
Los cambios han generado preocupación entre los beneficiarios, que temen quedarse sin ingresos justo en el tramo final de su vida laboral. El subsidio no solo proporciona un ingreso mensual, sino que también incluye cotizaciones a la Seguridad Social del 125% de la base mínima.
Consecuencias para los beneficiarios
El endurecimiento de los requisitos y el aumento de la edad máxima para percibir el subsidio podrían dejar a muchos beneficiarios sin ingresos antes de alcanzar la jubilación contributiva.
Esto es especialmente preocupante para quienes no cumplen con los años requeridos de cotización, ya que podrían pasar meses, incluso años, sin derecho a percibir ayudas económicas y sin posibilidad de seguir cotizando a la Seguridad Social.
Desde el SEPE y algunas organizaciones sindicales se está recomendando a los afectados que revisen cuanto antes su historial de cotizaciones.

La planificación se vuelve clave para evitar quedarse sin respaldo económico en una etapa tan crítica, especialmente teniendo en cuenta que muchas de estas personas tienen dificultades reales para reinsertarse en el mercado laboral.
Planificación y alternativas
Ante estos cambios, es fundamental que los trabajadores mayores de 52 años revisen su situación laboral y de cotización para anticiparse a posibles problemas. Consultar con el SEPE y otras entidades laborales puede ayudar a buscar alternativas en caso de no cumplir con los requisitos.
Además, es importante estar al tanto de otras ayudas y prestaciones disponibles, como el Ingreso Mínimo Vital (IMV), aunque este no incluye cotizaciones para la jubilación y no está destinado específicamente a los mayores de 52 años.
En definitiva, los cambios anunciados por el SEPE suponen un desafío para muchos trabajadores mayores de 52 años. La anticipación y la planificación serán esenciales para garantizar una transición segura hacia la jubilación.














