Vender una casa no es tarea sencilla. Fijar el precio justo, afrontar las negociaciones y evitar la sensación de haber cerrado un mal trato pueden convertir la operación en un verdadero desafío. Esa fue la experiencia de una mujer francesa que, después de más de dos décadas en la misma vivienda, decidió mudarse.
De acuerdo con el diario francés Le Figaro, la señora puso en venta su casa en Argenteuil, al noroeste de París. Dos agencias inmobiliarias locales valoraron el inmueble en una horquilla que iba de los 295.000 a los 302.000 euros.
Aunque las cifras estaban en línea con el mercado, la propietaria consideró que no reflejaban el verdadero valor de la vivienda que había sido su hogar durante más de veinte años.
Fue entonces cuando entró en escena su hijo, un apasionado de la informática. Tras ver en redes sociales cómo algunos usuarios experimentaban con inteligencia artificial para obtener segundas opiniones en distintos ámbitos, le sugirió: "¿Por qué no pruebas con ChatGPT?".
Usó ChatGPT para vender su casa y ganó más de 8000 euros extra
Así, madre e hijo introdujeron con detalle las características de la vivienda: superficie, año de construcción, orientación suroeste, estado tras una reforma reciente, la existencia de un jardín amplio, garaje privado, y la cercanía a transportes y servicios.
El resultado provocó mucha sorpresa. ChatGPT calculó que el precio realista de su vivienda rondaba los 312.000 euros, casi 10.000 más que la valoración más optimista de las agencias. Ese dato cambió por completo el panorama. Intrigada, la propietaria decidió consultar de nuevo con uno de los agentes inmobiliarios, quien -según publicó Le Figaro- reconoció que había rebajado la cifra inicial para facilitar una venta rápida.
Además, admitió que aspectos clave, como las reformas recientes en la vivienda o la amplitud del jardín, apenas se habían tenido en cuenta en la tasación original.
"Gané 8000 euros extra gracias a ChatGPT"
De esta forma, la mujer decidió anunciar la vivienda por 315.000 euros, dejando espacio para posibles rebajas durante las conversaciones con los compradores. La jugada dio resultado: en tan solo tres semanas consiguió vender la casa por 310.500 euros, una cifra que superaba en más de 8000 euros las estimaciones que le habían propuesto las agencias en un principio.
"Jamás pensé que un robot pudiera ayudarme a vender mi casa por más dinero", confesó con humor a su abogado, Thomas Carbonnier, citado por el rotativo francés.
Aunque la historia se presenta como un éxito, los expertos piden cautela. Carbonnier, que preside la asociación de propietarios UNPI 95 Sarcelles, subrayó que la IA funciona bien con propiedades estándar, pero puede fallar en viviendas atípicas o en mercados muy específicos.
Loïc Cantin, presidente de la Federación Nacional de Agentes Inmobiliarios de Francia (FNAIM), reconoció que la inteligencia artificial puede ser de gran ayuda, aunque con algunas limitaciones: "Los algoritmos no pueden valorar si un colegio cercano tiene buena reputación, si el vecindario es tranquilo o si hay problemas ocultos como ruidos molestos", señaló en declaraciones al diario francés.
Para él, la fórmula más eficaz pasa por combinar el análisis de datos de la IA con la experiencia de los profesionales locales.