

El Banco de España (BDE) atraviesa una de las mayores crisis internas de su historia reciente. La dimisión de Ángel Gavilán, director general de Economía, ha desencadenado una profunda reestructuración en el organismo que incluye el despido de al menos 200 empleados.
Esta decisión ha generado inquietud tanto dentro como fuera de la institución, ya que se percibe como un debilitamiento de la independencia y capacidad crítica del banco central frente a las políticas económicas del Gobierno.
Una reestructuración sin precedentes
La salida de Gavilán, anunciada el 21 de mayo, se produce en un contexto de tensiones internas en el Banco de España. El detonante fue la elaboración del informe anual de la entidad, que este año ha omitido recomendaciones clave sobre temas como las pensiones y el salario mínimo.

La reestructuración implica la reducción del servicio de estudios, rebautizado como Dirección de Economía, de aproximadamente 400 a 200 empleados.
Además, se ha dividido en dos áreas: economía internacional y economía española. Carlos Thomas, hasta ahora adjunto del servicio de estudios, ha sido trasladado a la dirección de estabilidad financiera, mientras que Galo Nuño ha sido ascendido a director adjunto de la Dirección de Economía.
Críticas por la pérdida de independencia
La reorganización ha suscitado críticas por parte de diversos sectores que consideran que el Banco de España está perdiendo su independencia y capacidad de análisis crítico.
La omisión de temas sensibles en el informe anual, como la sostenibilidad del sistema de pensiones, ha sido interpretada como una muestra de alineamiento con las políticas del Gobierno.
Además, se ha anunciado el traslado físico del servicio de estudios desde su ubicación actual en la sede de Cibeles, que se convertirá en un museo para exhibir las obras de arte del banco.
Este cambio ha sido percibido como una degradación simbólica del departamento, que históricamente ha desempeñado un papel clave en el análisis y la formulación de recomendaciones económicas.
Un futuro incierto para el Banco de España
La dimisión de Gavilán se suma a otras salidas recientes de altos cargos en el Banco de España, como las de Alejandro Álvarez y Ángel Estrada, lo que refleja un clima de inestabilidad en la cúpula del organismo.

El proceso para seleccionar al nuevo director de Economía ya está en marcha, pero persisten las dudas sobre el futuro del banco central y su capacidad para ejercer una supervisión independiente y rigurosa de la economía española.
En un momento de desafíos económicos significativos, la independencia y fortaleza del Banco de España son más cruciales que nunca. La comunidad económica y financiera estará atenta a los próximos pasos del organismo y a cómo estos afectarán su papel en la economía nacional.
















