Un hombre de 60 años decidió jubilarse anticipadamente en España. En lugar de acudir a un asesor profesional, consultó a ChatGPT.
Según relató el abogado laboralista Ignacio de la Calzada -más conocido en redes como “Un Tío Legal”- el sistema le dio una respuesta legal aparentemente convincente, por lo que el hombre presentó su solicitud confiado en que recibiría unos 800 euros al mes.
Pero la realidad fue otra. Al revisar su caso, la Seguridad Social aplicó los coeficientes reductores correspondientes a una jubilación anticipada sin condiciones especiales. El resultado: una pensión de apenas 200 euros al mes, menos de la cuarta parte de lo que esperaba.
El error: una ley inventada y una solicitud sin revisar
El fallo fue originado por una supuesta “disposición cuadragésima séptima” citada por la IA, que no existe en la normativa española. El solicitante la asumió como válida y presentó su petición formal sin consultar fuentes oficiales ni asistencia profesional.
La Seguridad Social procesó el trámite conforme a lo estipulado en la ley: al tratarse de una jubilación anticipada sin excepciones legales aplicables, se activaron los recortes habituales en la base reguladora. Sin error administrativo, la resolución quedó firme.
“ChatGPT no es un abogado”: las consecuencias fueron definitivas
“El sistema se inventa cosas”, explicó de la Calzada en redes sociales. El afectado ahora debe afrontar una pensión muy inferior de manera permanente, sin posibilidad clara de revisión.
El caso ha servido como advertencia de los límites de la inteligencia artificial cuando se aplica a trámites legales o económicos complejos. Lo que parecía una herramienta útil para orientarse, terminó generando un perjuicio económico grave.
Lo que debes hacer antes de iniciar tu jubilación
Para evitar este tipo de errores, los expertos recomiendan:
- Utilizar siempre el simulador oficial de la Seguridad Social.
- Consultar con asesores laborales o abogados especializados en pensiones.
- Confirmar cualquier dato con fuentes legales reales y actualizadas.
Una mala decisión puede costar cientos de euros cada mes. En este caso, seguir una recomendación no verificada provocó un recorte irreversible que marcará económicamente el resto de la vida del solicitante.