

La ley general de la Seguridad Social reconoce que no todas las lesiones laborales dejan al trabajador incapacitado, pero sí pueden ocasionar secuelas permanentes. Ahora, existe una vía para que estos casos también reciban apoyo económico.
El organismo establece indemnizaciones por lesiones definitivas y no incapacitantes derivadas de accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, incluso si el afectado sigue trabajando.
Estas ayudas se abonan en un único pago, aproximándose a los 9500 euros en los casos más graves.
Quién puede recibir hasta 9500 euros y por qué
El artículo 201 del Real Decreto Legislativo 8/2015, en su disposición sobre prestaciones por accidente laboral, avala estas indemnizaciones. No es necesario contar con una incapacidad permanente: basta con que exista daño físico, estético o funcional definitivo.

Estas compensaciones pueden cubrir lesiones como amputaciones, deformidades o pérdida de órganos, sin reducir la actividad laboral. Además, el baremo del BOE (de mayo de 2023) refleja cantidades que oscilan entre los 515 y 9512 euros, adjudicadas según la gravedad y tipo de secuela.
Las compensaciones más elevadas incluyen:
Pérdida de la nariz: 9512 euros
Pérdida total del pene: 8158 euros
Dos testículos u ovarios: 7643 euros
También se reconocen lesiones como la hipoacusia bilateral grave (4289 euros) o amputaciones parciales (entre 1022 y 2384 euros).
Cómo funcionan estas indemnizaciones y quién paga
La compensación se paga solo una vez, aunque el trabajador siga desempeñando su labor. La entidad responsable, ya sea el INSS o la mutua, queda obligada cuando propone las prestaciones por incapacidad permanente.
La escala oficial, actualizada el 6 de mayo de 2023, contiene más de cien tipos de lesiones, con cuantías que reflejan su impacto físico y estético. Por ejemplo:
Pérdida de un riñón: 5103 euros
Hipoacusia conversacional bilateral: 4289 euros
Anquilosis de muñeca: hasta 3318 euros
Cicatrices faciales: de 731€ a 3.318€, según visibilidad
Esta actualización responde a la Orden ISM/450/2023, que ajustó los importes de 1969, 1974, 1988 y 2013 en función del IPC hasta diciembre de 2022.

Pasos para reclamar esta indemnización
Identificar la lesión dentro del baremo del BOE y determinar la cuantía aproximada.
Presentar la reclamación ante la mutua o el INSS. Se recomienda hacerlo en el plazo de un año desde la lesión.
Aportar documentación médica que certifique la secuela, incluyendo informes, imágenes o peritajes.
La entidad evaluará la petición y, si procede, abonará el importe en un pago único.
Si hay desacuerdo, se puede negociar o acudir a vía judicial.
Quienes optan por el acuerdo extrajudicial pueden evitar juicio, reduciendo tiempo y costes, y alcanzando soluciones más rápidas.
Una reivindicación para los trabajadores
Esta medida corrige una laguna del sistema, ya que reconoce el esfuerzo y sacrificio de quienes sufren secuelas en el trabajo, pero conservan su empleo. La indemnización busca equilibrar el sistema productivo con la atención a casos que, sin llegar a incapacitar, impactan en la calidad de vida.
Aún así, es clave ser diligente. Actuar con prontitud, reunir pruebas, conocer el baremo aplicable y reclamar dentro del plazo -actitudes que pueden marcar la diferencia en resultados económicos justos.













