La jubilación anticipada sigue disponible para algunas personas que cotizaron bajo las antiguas mutualidades laborales, un régimen extinguido y absorbido por la Seguridad Social. Este colectivo conserva su derecho histórico a jubilarse a los 60 años, aunque eso tiene un precio.
La Seguridad Social aplica un coeficiente reductor del 8% por cada año anticipado respecto a los 65, lo que representa una reducción permanente en la pensión, sin mecanismos de compensación si se elige jubilarse voluntariamente a esa edad.
Quiénes pueden jubilarse a los 60 y qué penalización conlleva
Pueden acceder a esta modalidad los trabajadores que aportaron al viejo sistema de mutualidad laboral que operó durante el franquismo y fue considerado el germen del Régimen General actual.
Si bien la orden de disolución fue firmada el 21 de diciembre de 1966, la integración al Régimen General de la Seguridad Social no ocurrió en su totalidad hasta 1978.
En el caso de que estas personas decidan jubilarse a los 60 años, se aplicará un recorte del 40% de la pensión de forma vitalicia, equivalente a 5 años de adelanto al 8% anual.
Esta reducción afecta tanto a la paga mensual como a las pagas extras. Por ejemplo, si la base reguladora es de 2100 euros, se descuentan 840 euros, quedando una pensión de 1260 euros al mes de por vida.
En qué casos puede haber coeficientes reductores más bajos
No existen fórmulas para evitar la penalización si se opta por jubilarse voluntariamente a los 60 años. Sin embargo, sí se suaviza esta penalización si la jubilación es forzosa, es decir, por despido involuntario o ERE, y se cumplen determinados años de cotización.
En estos casos, los coeficientes reductores se suavizan en función de los años cotizados:
40 o más años: reducción del6% anual
38-39 años: 6,5%
35-37 años: 7%
30-34 años: 7,5%
Esto significa que, incluso jubilándose anticipadamente de forma involuntaria, el recorte sería menor. Por ejemplo, un trabajador con más de 40 años cotizados solo sufriría un recorte de 30% en lugar de 40% si se retira a los 60 años tras un despido.
Adelantar la jubilación por cinco años supone perder casi la mitad de los ingresos mensuales durante toda la vida del pensionista. Y lo que resulta más impactante: no hay derecho a bonificaciones o compensaciones si se elige el retiro voluntario.
Este derecho histórico ha quedado desfasado frente al sistema actual, donde la edad legal de jubilación supera ya los 66 o 67 años, dependiendo del periodo cotizado, y donde las jubilaciones anticipadas voluntarias requieren cumplir con largos años de cotización (entre 35 y 38 años).
Esperar un año puede mejorar significativamente la pensión
Cada año adicional de espera reduce el recorte en un 8%, lo que mejora significativamente la pensión. Por ejemplo, retirarse a los 61 años implica un recorte del 32% en lugar del 40%. Cada año ganado representa unos cientos de euros más mensuales, que pueden sumar miles al año.
Expertos recomiendan solicitar un informe de vida laboral y usar la herramienta de simulación de pensiones de la Seguridad Social para evaluar el impacto real según la base reguladora y los años cotizados.
También aconsejan valorar un plan de ahorro o una indemnización por despido si se quiere adelantar la jubilación sin reducir demasiado los ingresos futuros.