

Mientras en los principales despachos de BBVA se trabaja a toda máquina para introducir las modificaciones correspondientes en el folleto de la OPA hostil que la entidad lanzó sobre Banco Sabadell, ya que el banco que preside Carlos Torres Vila quiere abrir el período de canje de la oferta a inicios de septiembre, el banco vasco lanzó hoy una colocación de bonos verde sénior no preferente a 10 años.
Se trata de la emisión de un bono verde sénior no preferente en euros con vencimiento en 2035. El precio de salida es midswap (tipo de interés medio entre la oferta y la demanda en un mercado swaps) más 135 puntos básicos. De acuerdo a los expertos, este diferencial refleja tanto las condiciones actuales del mercado como la calidad crediticia de BBVA, que asumió un rol protagónico en el sector de la banca sustentable.
En la comunicación distribuida a la prensa, BBVA informa que los bancos colocadores son BBVA (B&D), BNP Paribas, IMI - Intesa Sanpaolo, Natixis y Nomura.
"Esta emisión forma parte del plan de financiación mayorista previsto para 2025 y tiene como objetivo reforzar los instrumentos elegibles para cumplir con los requisitos de MREL", detalla.
Asimismo, el lanzamiento constituye una parte importante del plan de financiación a largo plazo de BBVA, que tiene proyecciones hasta este ejercicio. La amortización del bono, que como ya se destacó, está programada para agosto de 2035, busca enviar una señal al mercado de que el banco da un paso significativo en su compromiso con las finanzas sostenibles.

De hecho, para los analistas esta emisión no solo consolida su posición en el ámbito de la financiación sostenible, sino que también refuerza su reputación entre los inversores interesados en proyectos alineados con criterios ambientales, sociales y de gobernanza.
Emisiones pendientes
Con la colocación de este nuevo bono verde a diez años, es la cuarta emisión que realiza BBVA en 2025, ya que a principios de año los vascos llevaron a cabo las dos colocaciones más complejas previstas para este ejercicio, las que involucraron, en conjunto, 2000 millones de euros.
La primera de ellas colocó 1000 millones en bonos contingentes convertibles (COCOS); la segunda, emitió los otros 1000 millones en deuda subordinada Tier 2. Vale destacar que en julio el banco emitió 1.000 millones en deuda sénior no preferente con vencimiento en 2030. Así pues, y con la emisión aún faltante, BBVA ya tendría gran parte del objetivo de financiación mayorista para este ejercicio de 5000 millones de euros.
Lo cierto es que BBVA luce una posición de liquidez holgada, como también lo es que el complicado camino por el que está transitando el banco debido a la OPA hostil que lanzó sobre la entidad catalana, lo empujó a retrasar la emisión de deuda.

Otro factor que explicaría la decisión de BBVA de adelantar la emisión (lo habitual es a finales de agosto) nos traslada al foro de banqueros centrales de Jackson Hole, que se celebrará este viernes. Ese día, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, podría anunciar un retraso en el recorte de los tipos de interés debido a un alza de la inflación en los Estados Unidos a causa de los aranceles impuestos por Donald Trump.
Así, en caso de confirmarse este mal augurio, y el presidente de la Fed decida no implementar el recorte esperado por los banqueros, podría producirse un cambio de reglas en el mercado de deuda con la inminente consecuencia de elevar la rentabilidad de los bonos, encareciendo aún más la emisión de nueva deuda.
Por último, vale recordar que el próximo 29 de agosto BBVA pagará un dividendo de 0,7 céntimos por título, precio que necesariamente obligará al banco a reajustar la oferta de canje de acciones en la OPA hostil por Banco Sabadell.
BBVA calculó inicialmente unas sinergias de 850 millones de euros en la fusión (término que perdió validez) con Banco Sabadell, pero las duras condiciones impuestas por Gobierno y la venta de TSB, filial británica del banco catalán a Banco Santander, permitió a la entidad que preside Josep Oliu repartir entre los accionistas un macrodividendo de 2.500 millones, billetes que diluye las sinergias programadas al inicio de la operación.












