Una vacuna desarrollada en España podría convertirse en la primera capaz de proteger contra la tuberculosis en todas las etapas de la vida. MTBVAC, impulsada por la Universidad de Zaragoza y la farmacéutica Biofabri, ha demostrado una eficacia superior a la actual BCG, con más de un siglo de uso.
El proyecto se encuentra en etapas finales de ensayo, pero enfrenta un obstáculo clave: necesita 22 millones de euros para completar los estudios en recién nacidos.
Mientras los ensayos clínicos avanzan en África e India, la comunidadcientífica internacional mira con atención esta posible alternativa. A diferencia de BCG, MTBVAC también sería eficaz en adolescentes y adultos, los principales transmisores de la enfermedad.
Sus creadores, el microbiólogo Carlos Martín y el CEO de BiofabriEstebanRodríguez, aseguran que la vacuna podría estar lista para comercializarse en 2029 si logra la financiación restante.
¿Qué diferencia a MTBVAC de la vacuna actual?
La BCG, desarrollada en 1920, protege sólo contra las formas más graves de tuberculosis en bebés. En cambio, MTBVAC ha mostrado una eficacia del 50% superior en recién nacidos y, por primera vez, se perfila como una vacuna apta también para adultos. Esto resulta clave frente a la tuberculosis pulmonar, la forma más común y transmisible.
Los ensayos han involucrado ya a más de 4000 bebés en África, y a 4200 adultos y adolescentes en países como Sudáfrica, Kenia y Tanzania. Los resultados de seguridad e inmunogenicidad han sido positivos, incluso en personas que ya habían estado infectadas. Se espera que en los próximos meses comience un ensayo en India con 30.000 participantes.
¿Por qué falta financiación si la vacuna es prometedora?
La inversión total para desarrollar una vacuna suele superar los 1000 millones de euros. En este caso, el tramo dedicado a adolescentes y adultos ya ha sido cubierto con fondos internacionales.
Sin embargo, los ensayos en recién nacidos no han atraído el mismo interés financiero. A pesar de su importancia a largo plazo, no generan el mismo impacto social inmediato, lo que dificulta conseguir inversores.
De los 22 millones de euros que aún se necesitan, la mitad fue aportada por la Unión Europea. La otra mitad sigue pendiente. Aun así, sus impulsores aseguran que mantendrán su compromiso de garantizar un precio justo para los países con alta carga de tuberculosis, mediante licencias de producción en India, Sudamérica y España. La vacuna, aseguran, será accesible y sin margen para la especulación.