En el fondo del mar del Norte, perteneciente al océano Atlántico nororiental, un equipo de científicos ha identificado cientos de estructuras geológicas que contradicen uno de los principios básicos de la disciplina: la ley de superposición.
Esta norma establece que los estratos más antiguos permanecen en la base, mientras que los más recientes se acumulan progresivamente encima, conformando un registro cronológico de la historia terrestre.
El estudio, publicado en la revista Communications Earth & Environment, describe montículos de arena de varios kilómetros de extensión que han alterado este orden natural.
La investigación estuvo liderada por especialistas de la Universidad de Manchester, quienes detectaron estas formaciones mediante el análisis de imágenes sísmicas en tres dimensiones y registros de perforaciones.
Hallazgo en el mar del norte: cómo es la inversión submarina
El fenómeno fue denominado "inversión estratigráfica" y consiste en que capas más jóvenes se encuentran sepultadas bajo depósitos antiguos, en una disposición que aparenta estar invertida. Aunque casos similares ya habían sido documentados a pequeña escala, los científicos han destacado que es la primera vez que se observa este proceso de forma tan extensa y regional.
Según los investigadores, esta inversión se explica por inestabilidades de flotabilidad. La arena más densa y reciente habría perdido cohesión y se hundió, mientras que capas de limo más ligeras y rígidas ascendieron, desplazando su posición original. Este intercambio generó montículos y depresiones que hoy se conservan como testigos de un mecanismo geológico poco común.
Procesos geológicos: qué revela el descubrimiento
Las estructuras, bautizadas como "sinkitas", han sido comparadas con moldes de carga, aunque a una escala mucho mayor. Se trata de cuerpos de arena que se hundieron y forzaron el ascenso de balsas de limo, modificando la arquitectura de los sedimentos. De acuerdo con los autores del estudio, el hallazgo revela un nuevo proceso gravitacional de gran alcance en la dinámica de los fondos marinos.
Este descubrimiento también plantea implicaciones prácticas. La relación de las sinkitas con lodos fracturados de baja densidad puede ser relevante para el análisis de yacimientos de hidrocarburos, proyectos de almacenamiento de dióxido de carbono y estudios de sellado geológico.
Asimismo, aseguran que comprender cómo se comportan estos materiales en el subsuelo marino resulta clave para la planificación de futuras actividades en la región.
Cuencas marinas: qué se descubrió sobre su evolución
Los investigadores vinculan la formación de estas estructuras con un intervalo temporal comprendido entre el Mioceno tardío y el Plioceno, hace entre 11 y 2,6 millones de años. En ese período, la actividad sísmica o fenómenos similares habrían favorecido la licuefacción de la arena, al mismo tiempo que el limo rico en microfósiles marinos emergía en forma de grandes balsas flotantes.
El resultado fue un paisaje submarino inusual, donde la secuencia temporal de los depósitos quedó alterada de manera irreversible. Para los especialistas, este registro ofrece una nueva perspectiva sobre la complejidad de los procesos sedimentarios y sobre cómo episodios excepcionales pueden reescribir la historia geológica de un área.
En palabras del profesor Mads Huuse, uno de los autores del estudio, "este descubrimiento revela un proceso geológico que no habíamos visto antes a esta escala". Asimismo, aseguran que abre la puerta a nuevas interpretaciones sobre la evolución de las cuencas marinas.