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En los últimos días, la inquietud sobre la salud del papa Francisco reactivó una de las profecías más intrigantes de los últimos cinco siglos. Se trata de una predicción atribuida a Michel de Nostradamus, el médico y astrólogo francés del siglo XVI, que habló sobre la muerte de un pontífice anciano y la llegada de un sucesor que marcaría un punto de inflexión en la historia de la Iglesia Católica.
Aunque falleció en 1566, la obra de Nostradamus -Les Prophéties- sigue alimentando interpretaciones y teorías en tiempos de crisis religiosa.
Una de las cuartetas más citadas en este contexto describe el fallecimiento de un Papa anciano y la elección de "un romano de buena edad". La ambigüedad del texto, como sucede con muchas de sus predicciones, abre la puerta a interpretaciones diversas.
"Por la muerte de un pontífice muy anciano, será elegido un romano de buena edad, de él se dirá que debilita su sede, pero mucho tiempo estará sentado y en actividad mordaz", escribió Nostradamus. Esta frase es citada hoy por quienes ven en la figura de Francisco -el primer Papa jesuita y argentino, fallecido a los 88 años- un paralelismo inquietante.
La contundente predicción de Nostradamus sobre el sucesor del papa Francisco
Según los intérpretes de Les Prophéties, la cuarteta no solo anticipa la muerte del papa Francisco, sino también la elección de un nuevo líder que cambiaría radicalmente la historia de la Iglesia. "Un joven de piel oscura con la ayuda del gran rey entregará la bolsa a otro de color rojo", agrega el texto. Esta frase es considerada por algunos como una referencia velada a un pontífice de origen africano.
Uno de los nombres que resuena en este escenario es el del cardenal Peter Turkson, nacido en Ghana en 1948 fue nombrado cardenal por Juan Pablo II en 2003 y es reconocido por su liderazgo en temas de justicia social, medio ambiente y derechos humanos.
"Mi vocación siempre ha sido servir, no escalar posiciones", declaró Turkson en una entrevista en 2013, cuando ya se lo mencionaba como posible sucesor tras la renuncia de Benedicto XVI.
¿Es real la profecía del "Papa negro"?
El concepto del "Papa negro" ha circulado durante siglos en el imaginario esotérico. Aunque Nostradamus nunca utilizó esta expresión de manera explícita, muchos vinculan su cuarteta con otra profecía atribuida a San Malaquías, que anticipa un pontífice africano o un jesuita en tiempos de crisis. "El fin de los tiempos estaría marcado por un líder religioso que rompa con la hegemonía europea", explica la historiadora Laura Parodi, especialista en historia del Vaticano.
Algunos estudiosos sostienen que la profecía ya se cumplió parcialmente con la elección de Francisco, al ser el primer jesuita y proveniente de América Latina. Sin embargo, otros consideran que un papa africano representaría un cambio aún mayor. "Si se elige un cardenal africano, se consolidaría la ruptura definitiva con siglos de liderazgo europeo en la Iglesia", agrega Parodi.
¿Quiénes son los cardenales africanos que podrían ser elegidos?
Actualmente, 33 cardenales de origen africano forman parte del Colegio de Cardenales. Entre los nombres más mencionados para un eventual cónclave, además de Turkson, aparecen Fridolin Ambongo Besungu (65 años, RD Congo), Dieudonné Nzapalainga (57 años, República Centroafricana) y Protase Rugambwa (64 años, Tanzania).
Todos fueron creados cardenales por el papa Francisco y mantienen una fuerte influencia en temas sociales y humanitarios.
El peso de las profecías en la era moderna
A pesar de la falta de evidencia concreta sobre la influencia de estas profecías en las decisiones del Vaticano, su impacto en el imaginario colectivo es innegable. "Cada vez que muere un Papa, resurgen textos antiguos y teorías que buscan darle sentido a la transición", señala el teólogo Javier Merino.
La combinación entre fe, tradición y misticismo convierte estas predicciones en una herramienta poderosa para entender la ansiedad que genera el futuro de la Iglesia Católica. Como escribió Nostradamus hace más de cuatro siglos: "No será el romano pontífice elegido, ni cerca ni lejos se le prestará atención". Esa frase, ambigua y abierta, sigue alimentando el debate hoy.