La visión es uno de los sentidos más importantes para el ser humano, ya que influye directamente en su forma de vivir. Por eso, cuando se deteriora, puede generar un cambio profundo en nuestra manera de desenvolvernos día a día.

Con el paso del tiempo, la claridad de las imágenes se reduce, reconocer rostros resulta más difícil, leer se vuelve una tarea desafiante y las letras pueden parecer moverse, tanto en una pantalla como en un libro. Este tipo de alteraciones visuales puede provocar dolor de cabeza, mareos, cansancio e incluso náuseas.

Según el portal All About Vision, las principales razones por las que se presenta este padecimiento son los errores de refracción, dentro de los que se destacan: miopía, hipermetropía y astigmatismo, así como la presbicia.

Para prevenir esta condición de manera oportuna, los especialistas recomiendan someterse a exámenes con un optometrista al menos una vez al año y seguir las indicaciones médicas.

Por otro lado, el portal de salud especializado en visión, Oftalvist, señaló que la alimentación juega un papel fundamental. En una de sus publicaciones mencionan que los alimentos ricos en vitamina A y C son necesarios para mantener una visión fuerte y saludable.

Los 3 alimentos que debes comer para tener una visión 10/10

  • Cebolla

La cebolla es rica en vitaminas A y C, así como en quercetina, un compuesto esencial para la salud del corazón. Además, contribuye proporcionando los pigmentos necesarios para prevenir problemas en la retina.

  • Espinacas

La espinaca también es rica en vitamina A. Favorece especialmente a la protección de los ojos frente a la luz solar y previene las cataratas gracias a que son ricas en luteína y zeaxantina.

  • Brócoli

Esta verdura es uno de los superalimentos más conocidos, se destaca principalmente por su capacidad para proteger la vista contra los efectos del sol debido a su alta concentración de vitamina C, contenido elevado de agua, fibra y bajo aporte calórico.

¿Qué factores pueden causar la fatiga ocular?

  • Estrés o cansancio.
  • Esforzarse para ver en un espacio donde haya luz muy ténue.
  • Leer sin realizar pausas para descansar.
  • Conducir por largas distancias.
  • Hacer actividades por varias horas, las cuales impliquen mucha concentración.
  • Tener problemas de los ojos como sequedad o problemas de refracción.