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El Principado de Asturias se encuentra de luto tras la muerte de Paca, la osa parda que durante más de tres décadas fue símbolo de la esperanza en la recuperación de una especie en peligro de extinción. Con 36 años, la osa fue sacrificada para evitarle un sufrimiento mayor debido al grave deterioro de su salud.

La decisión fue tomada por la Consejería de Medio Rural y Política Agraria del Principado, tras evaluar un informe veterinario que confirmaba un "deterioro irreversible" en su estado físico. Paca ya no reaccionaba a los estímulos, sufría artrosis avanzada y había dejado de ingerir la medicación que le permitía mitigar el dolor.

Osa Paca: un ejemplo de la recuperación de una especie

Paca y su hermana Tola llegaron a convertirse en verdaderos emblemas de la recuperación del oso pardo cantábrico. Ambas fueron rescatadas en 1989, cuando apenas tenían cinco meses, después de que su madre fuera matada por cazadores furtivos.

Su custodia fue asumida entonces por el Fondo Asturiano para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS) de España, que dio inicio a una historia de cuidado y visibilización sin precedentes en la región.

Tras una breve estancia en Cataluña y cinco años en el Parque Cinegético Nacional de El Hosquillo, en Cuenca, estos mamíferos fueron trasladados a un recinto especialmente diseñado para ellas en Proaza. Se trata de la Casa del Oso, un proyecto de divulgación y sensibilización que hoy forma parte del turismo y la conciencia ecológica asturiana.

El procedimiento para poner fin a la vida de Paca se llevó a cabo con extremo cuidado y respeto. Participaron veterinarios de la Consejería, la veterinaria de la Fundación Oso Asturias y su cuidador de confianza. Todo el proceso se desarrolló bajo parámetros éticos rigurosos y con el objetivo primordial de evitarle sufrimiento.

El cuerpo de Paca fue trasladado al Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre de Sobrescobio, donde se le practicará una necropsia para analizar en detalle las causas de su deterioro final.

Cómo fue la vida de la osa Paca

El fallecimiento de Paca ha reavivado el recuerdo de su hermana Tola, que murió en 2018 a los 29 años. Juntas, fueron protagonistas de una historia que se convirtió en símbolo cultural y emocional para miles de personas en España.

Durante su vida, Paca:

  • Fue uno de los primeros ejemplares criados bajo custodia para proteger al oso pardo cantábrico.

  • Recibió miles de visitas anuales en el cercado de Proaza, construido en 1996.

  • Fue parte fundamental del proyecto "La Senda del Oso", un itinerario turístico y pedagógico que promueve el respeto a la fauna autóctona.

  • Contribuyó a sensibilizar a generaciones sobre la necesidad de conservar especies en peligro.