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Los crecientes roces entre potencias globales han encendido las alarmas sobre un posible conflicto de escala mundial. En medio de tensiones por el control geopolítico de Asia y Europa del Este, una nueva preocupación militar empieza a dominar la atención de analistas y expertos.

Desde hace décadas, Estados Unidos ha mantenido la superioridad aérea global gracias a una ventaja estratégica clave. Sin embargo, esa supremacía podría estar en riesgo debido a los avances de sus principales adversarios: China y Rusia.

En este contexto, China ha decidido participar de la carrera armamentística y expandir su arsenal como nunca antes. Según el último informe del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el gigante asiático ha pasado de tener 500 ojivas nucleares en enero de 2024 a unas 600 en enero de 2025.

Pero eso no es todo. Según informa Gabriel Honrada en Asia Times, China también se encuentra en el proceso de producción de 350 nuevos silos para misiles balísticos intercontinentales, algunos de los cuales ya están listos para ser lanzados. El periodista asegura que este rápido impulso del país asiático destruye la disuasión de la Guerra Fría y desata una volátil carrera armamentística nuclear.

La planificación bélica china para alcanzar a Estados Unidos y Rusia

El documento publicado el pasado lunes por el SIPRI estima que el país asiático cuenta con al menos 600 ojivas nucleares y ha agregado cerca de un centenar cada año desde 2023. En una rueda de prensa rutinaria, Guo Jiakun, el portavoz del Ministerio de Exteriores Chino, evitó pronunciarse directamente sobre el informe.

No obstante, insistió en que "China siempre ha mantenido una estrategia nuclear de autodefensa, limitando sus fuerzas nucleares al nivel mínimo necesario para garantizar la seguridad nacional" y recalcó que el país "no participa en la carrera armamentística".

Jiakun reafirmó que China mantiene una política de no ser el primero en utilizar armas nucleares, y que no amenazará ni atacará a Estados que carezcan de armamento atómico. "China seguirá firmemente comprometida con la defensa de sus intereses legítimos de seguridad y la estabilidad global", añadió.

Pese a las declaraciones oficiales, el ritmo actual de crecimiento sugiere que China podría alcanzar un arsenal de 1.500 ojivas nucleares en 2035, una cifra comparable al número de armas nucleares operativas que hoy mantienen Estados Unidos y Rusia.

Cuál es el rumbo militar de China para los próximos años

El rápido incremento del arsenal chino marca un giro significativo respecto a la política implementada por líderes anteriores como Deng Xiaoping, quien defendía mantener un número limitado de cabezas nucleares con fines estrictamente disuasorios.

Parte de este crecimiento tiene implicaciones directas en el pulso geoestratégico con Taiwán. Pekín considera a la isla autogobernada como parte de su territorio y no descarta el uso de la fuerza para lograr la "reunificación". Actualmente, se estima que unas 24 ojivas nucleares chinas están ya desplegadas en misiles o bases con fuerzas operativas, listas para ser utilizadas con escasa antelación.

La creciente militarización atómica de Pekín amenaza con alterar el frágil equilibrio global y plantea interrogantes sobre la estabilidad estratégica en el Indo-Pacífico en los próximos años.

El contexto internacional de las armas nucleares

Según distintos especialistas internacionales, de a poco se deja atrás la lógica de la Guerra Fría, en donde todo se basaba en el miedo mutuo de las superpotencias, para alcanzar una nueva etapa de competencia nuclear tripolar: Estados Unidos, Rusia y China como las principales cabezas. Expertos como Deye Li advierten que esta nueva dinámica de "tres grandes" es inestable, confusa y peligrosa.

No obstante, en términos de arsenales totales, incluyendo cabezas activas y almacenadas, Moscú y Washington mantienen el liderazgo con 5.459 y 5.177 ojivas respectivamente, lo que supone un control entre ambos de cerca del 90% de las armas nucleares globales. Estados Unidos, por su parte, ya ha reorientado su estrategia nuclear para enfocarla explícitamente en el desafío que representa China y que crecerá con el pasar de los años.