La guerra ha evolucionado hasta el punto en donde no solo se puede librar con armas tradicionales en campos de batalla, sino que en la actualidad hasta el espacio exterior se ha transformado en una zona de conflicto. Lo que antes era un terreno reservado para la ciencia y la exploración pacífica, actualmente puede ser otra área de tensión entre potencias mundiales.
Hoy en día, Estados Unidos observa con creciente preocupación los movimientos estratégicos de China en la órbita baja de la Tierra y sospecha que los últimos movimientos satelitales podrían formar parte de un plan más ambicioso que altere el equilibrio global. El espacio exterior se podría componer como un nuevo escenario para la guerra entre potencias y cualquier maniobra satelital fuera de lugar puede presuponer una preparación para el futuro.
Según la interpretación oficial, estos movimientos se consideran "simulacros de combate", pero algunos altos mandos militares estadounidenses consideran que estas acciones son "altamente estratégicas" y motivo de preocupación para el futuro. Esta alerta se da en el marco de las tensiones terrenales vividas entre Estados Unidos y China por las distintas medidas económicas y arancelarias impuestas por Donald Trump.
¿Por qué Estados Unidos está preocupado por los movimientos de satélites chinos?
El general Michael Gueltein, subjefe de Operaciones Especiales, desveló en una reunión de la Conferencia de Programas de Defensa McAleese en Washington, que se han avistado movimientos satelitales compatibles con maniobras de guerra. Las pruebas fueron recolectadas por un examen realizado por las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos.
Según lo declarado por Gueltein, cinco satélites chinos habrían ejecutado movimientos altamente coordinados, lo que indicaría una intención que va más allá de las misiones tradicionales de observación o comunicación. Este patrón no es habitual y provocó que los analistas pongan su atención sobre las capacidades emergentes de China en este terreno.
Los protagonistas de estas maniobras fueron tres satélites detectados en 2024 de la serie Shiyan-24C, acompañados por dos naves especiales Shijian-605 A y B. Estados Unidos considera que estas acciones podrían formar parte de un entrenamiento encubierto para situaciones de conflicto, en donde los satélites tendrían un papel ofensivo crucial.
¿Se aproxima la tercera guerra mundial?
La tensión entre las dos potencias no solo se limita al campo militar, sino que también se refleja en una ardua competencia tecnológica. China ha invertido grandes cantidades de capital humano y económico para el desarrollo de satélites con capacidades avanzadas de maniobra, lo que ha permitido reducir la distancia tecnológica con respecto a Estados Unidos, o incluso superarla en algunos aspectos.
Sumado a China, potencias como Japón y Rusia han mostrado procesos sustanciales en sus programas espaciales, lo que ha generado un nuevo escenario multipolar en el que Estados Unidos tiene posibles rivales en distintos frentes y no puede confiar únicamente en su ventaja histórica. La presión de perder territorio en la órbita terrestre del espacio exterior representa una amenaza estratégica y simbólica para el país norteamericano.
En la actualidad, la guerra entre potencias en su estado más tradicional ha sido desplazada para darle lugar a conflictos invisibles y silenciosos. Los expertos en seguridad advierten que cualquier alteración o sabotaje a los satélites de un país podría tener consecuencias devastadoras en la vida cotidiana de sus habitantes. Desde interrupciones masivas en internet, GPS y servicios financieros hasta el colapso de sistemas de defensa nacionales son algunos de los problemas que podría ocasionar el daño a los satélites.
Mientras en el pasado lo que ocurría en el espacio exterior parecía lejano e inhóspito, actualmente podría tener implicaciones reales en la vida cotidiana y el futuro de la política internacional. Las recientes maniobras chinas pueden ser interpretadas como un cambio de paradigma en la forma de ejercer influencia y un nuevo paso para los conflictos entre las potencias mundiales.