Se están viviendo momentos críticos, donde el calor extremo pasó de ser un episodio aislado a una amenaza persistente. Lo que antaño se consideraba una ola inusual ahora empieza a convertirse en parte del patrón climático de cada verano.
Hoy, los estudios científicos dejan claro que las olas de calor como la actual no solo son más intensas, sino que se repetirán con mayor frecuencia en los próximos años. España se prepara para un futuro donde el termómetro seguirá subiendo sin tregua.
Más olas de calor, más días extremos
Un reciente análisis de AEMET revela que desde 2010 las olas de calor se han duplicado, pasando de 10-12 episodios por década (1980-2000) a 24 en la última. Además se prevé que, en 2050, España experimente entre 41 y 50 días al año con temperaturas extremas, frente a los 21 registros entre 1971-2000.
Por otro lado, un estudio actualizado desde 1975 hasta 2019 muestra que las olas de calor han aumentado a un ritmo de 3 días por década, mientras que aquellos episodios con impacto en salud lo han hecho incluso más rápido: 3,9 días adicionales por década, sumado a un incremento en la intensidad media anual de hasta 9,5°C.
El segundo año más caliente de la historia
Este 2025 podría convertirse en el segundo año más caliente de la historia, solo superado por 2024. Junio y julio registraron temperaturas sin precedentes, incluyendo los 46,6°C en Portugal.
Tan solo entre el 23 de junio y el 2 de julio, una ola de calor causó la muerte de alrededor de 2300 personas en 12 grandes ciudades europeas. Se estima que 1500 de ellas fueron consecuencia directa del deterioro climático global.
España en primera línea del cambio climático
En España, la ola de calor de este año no solo rompió registros en mayo y junio, sino que también dejó un saldo alarmante: 380 muertes atribuibles al calor solo en junio, según datos del Instituto Carlos III. Además, el país sufrió incendios devastadores, algunos tan graves que requirieron ayuda de toda Europa.
El verano continúa demostrando que este tipo de eventos extremos ya no son excepcionales sino parte de un patrón climático que exige adaptación urgente.
Un futuro con olas de calor más frecuentes
Los modelos climáticos más pesimistas (escenario RCP8.5) proyectan un incremento de hasta 4°C en la temperatura máxima anual hacia finales de siglo, y una drástica reducción de los periodos fríos. Esto implica una nueva realidad estival: duradera, intensa y cada vez más peligrosa.
Además, el calor ya está modificando conductas cotidianas. Un estudio reciente revela que en días de calor extremo la movilidad en España disminuye hasta un 10%, y en las horas más intensas del día incluso hasta un 20%, afectando sobre todo a las personas mayores y a quienes tienen menos margen para adaptar su actividad.