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La OTAN, ante la creciente actividad aérea rusa en el Atlántico Norte, mantiene desde 2014 la misión de Policía Aérea para proteger zonas sin fuerza aérea propia, como Islandia. En este contexto, España ha asumido un papel protagonista en el flanco norte aliado.

Este martes, seis cazas F-18 del Ejército del Aire y del Espacio han aterrizado en la base de Keflavík. En esta primera misión española en Islandia, participarán 122 militares entre pilotos, mecánicos, especialistas en logística y seguridad, en una operación que se prolongará hasta finales de agosto.

Vigilancia permanente en el Ártico

Bautizada como "Stinga" -aguijón en islandés-, esta misión forma parte del programa ASIC IPPN (en inglés, Capacidades de vigilancia e interceptación aéreas para satisfacer las necesidades de preparación en tiempos de paz de Islandia), integrado en la operación Persistent Effort, lanzada por la OTAN tras la anexión de Crimea.

El destacamento, dirigido por el teniente coronel Rafael Ichaso Franco, del Ala 15 con base en Zaragoza, iniciará sus vuelos operativos el próximo 28 de julio. Su misión es interceptar aeronaves con comportamientos anómalos, como falta de plan de vuelo, transpondedor apagado o ausencia de contacto por radio.

Durante unas ocho semanas, los pilotos operarán en turnos de alerta rápida 24 horas al día, siete días a la semana, realizando vuelos de entrenamiento y patrullaje para asegurar el control del espacio aéreo aliado.

Un reto para el Ejército del Aire

Este contingente representa el primer despliegue español en Islandia, país que carece de ejército y delega su defensa aérea en la OTAN. Una avanzada de 44 aviadores ya estableció la infraestructura en Keflavík días antes del arribo de los cazas.

Los pilotos han completado un intenso entrenamiento en simuladores, adaptado a las condiciones extremas de la isla -vientos intensos, frío extremo y terreno volcánico- incluyendo protocolos frente a la reciente erupción de un volcán a 27km de la base.

Ichaso Franco subraya que, aunque los objetivos son similares a otras misiones en los países bálticos o Rumanía, la falta de experiencia previa en Islandia exigió mucha preparación específica.

En búsqueda de contrarrestar la actividad rusa

La presencia de los F-18 españoles refuerza la capacidad disuasoria de la OTAN frente a las incursiones rusas en la zona GIUK (Groenlandia-Islandia-Reino Unido), punto estratégico clave durante la Guerra Fría y en el presente.

Este despliegue también demuestra la capacidad operativa de España en escenarios distintos al sur de Europa, sumándose a anteriores compromisos en el Báltico, Bulgaria y Rumanía. En Letonia, la base de Ämari sirve como punto de despliegue para cazas aliados, reforzando la vigilancia en el flanco este de la OTAN.

Además, desde abril de 2023, España ha contribuido con efectivos y misiles en Letonia, buques en el Mar Negro y cazas Eurofighter en Bulgaria, una muestra firme de apoyo a la estabilidad europea frente a Moscú.

Compromiso histórico con la defensa colectiva

Este primer despliegue español en Islandia marca un hito para nuestras Fuerzas Armadas. Refleja la voluntad de España de reforzar su presencia en el norte de Europa y de cumplir con sus compromisos ante la Alianza Atlántica.

La misión "Stinga" enviará un mensaje claro: la seguridad colectiva de la OTAN no tiene fronteras. Cada caza despegado desde Keflavík será un símbolo de disuasión ante eventuales amenazas, reforzando la credibilidad de la Alianza.