Durante décadas, el jaguarundi (Herpailurus yagouaroundi) fue considerado extinto en los Estados Unidos. Este felino, de cuerpo alargado y pelaje uniforme, había desaparecido del sur de Texas desde 1986, según los últimos registros oficiales.
Sin embargo, recientes avistamientos en la localidad de Seguin han generado una combinación de alarma, expectativa y esperanza entre científicos y conservacionistas.
El jaguarundi, también conocido como gato moro o yaguarundí, es una especie nativa de América Central y del Sur, con presencia histórica en la frontera sur de EE.UU.
Su reaparición plantea interrogantes sobre su supervivencia, su posible migración desde México y la necesidad urgente de reforzar las medidas de protección para preservar su hábitat natural.
Un regreso inesperado
Residentes de Seguin, en el estado de Texas, han reportado la presencia de un felino de tamaño mediano, pelaje oscuro y cuerpo esbelto, características que coinciden con las del jaguarundi.
Los avistamientos se han producido en áreas cercanas a Link Road y la autopista estatal 46, zonas donde esta especie no había sido vista en casi cuatro décadas.
El último registro confirmado de un jaguarundi en Texas data de 1986, en las cercanías de Brownsville. Desde entonces, se consideraba extinto a nivel local.
Sin embargo, pequeñas poblaciones continúan existiendo en el norte de México, lo que sugiere que estos ejemplares podrían haber migrado hacia el norte debido a la presión sobre sus hábitats tradicionales, empujados por la expansión urbana y la pérdida de cobertura vegetal.
Características del jaguarundi
El jaguarundi es un felino silvestre de tamaño similar al de un gato doméstico grande. Puede alcanzar entre 4 y 8 kilos de peso, con una longitud que llega hasta los 76 centímetros. Su pelaje varía entre tonos marrón rojizo, gris oscuro o incluso negro, dependiendo del entorno.
A diferencia de la mayoría de los felinos, es diurno y suele ser más activo durante las horas centrales del día, especialmente al mediodía, cuando busca agua o alimento.
Este animal es difícil de observar porque evita las zonas habitadas y prefiere áreas de vegetación espesa. Su dieta se compone de pequeños mamíferos, aves y reptiles.
También es conocido por su notable capacidad para nadar y trepar árboles, lo que lo convierte en un depredador ágil y adaptado a distintos ecosistemas.
Implicaciones para la conservación
El avistamiento del jaguarundi en Texas ha generado preocupación y expectativas en la comunidad científica. Biólogos y conservacionistas insisten en la necesidad de proteger los ecosistemas del sur de los Estados Unidos y el norte de México para evitar que esta especie desaparezca.
La deforestación, la fragmentación del hábitat y el avance de proyectos inmobiliarios son amenazas directas a su supervivencia.
Aunque el Departamento de Parques y Vida Silvestre de Texas no ha confirmado oficialmente los avistamientos, ha pedido a la población que reporte cualquier encuentro con este felino.
La colaboración entre ciudadanos y autoridades será clave para recopilar evidencia, monitorear su presencia y establecer estrategias de conservación eficaces.
La reaparición del jaguarundi en territorio estadounidense no solo representa un hecho insólito en la historia reciente de la fauna del país, sino que también es una llamada de atención sobre la importancia de conservar los hábitats naturales.
Este hallazgo ofrece una oportunidad única para investigar, proteger y tal vez recuperar a un depredador que, aunque escurridizo, cumple un papel esencial en el equilibrio ecológico del ecosistema fronterizo.