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El submarino S-81 'Isaac Peral' de la Armada Española avanza en su proceso de certificación y se prevé que esté plenamente operativo en septiembre de este año. Diseñado y construido por Navantia, este sumergible representa un hito en la industria naval nacional al ser el primero de la serie S-80 Plus. Sin embargo, más allá de su tecnología avanzada y su capacidad de ataque, la vida a bordo impone un desafío extremo para los 43 tripulantes.

Desde su entrega a la Armada en noviembre de 2023, el S-81 ha acumulado más de 130 días de navegación, con registros de hasta tres días consecutivos en inmersión. En los próximos meses, las pruebas se intensificarán con misiones de hasta un mes de duración para evaluar su autonomía y rendimiento.

Como parte de estos ensayos, en mayo se llevará a cabo su primer lanzamiento de torpedos con fuego real en aguas de Canarias, un paso clave antes de su integración definitiva en la flota. Si bien el S-81 cuenta con tecnología de vanguardia, como su sistema de propulsión independiente del aire (AIP) que le permite operar sumergido por largos periodos sin necesidad de salir a la superficie, la experiencia de la tripulación en su interior es completamente distinta.

Sin habitaciones privadas, con solo tres retretes y dos duchas compartidas, los marineros deben adaptarse a un estilo de vida donde la funcionalidad prima sobre la comodidad. Esto no es una novedad en los submarinos, pero puede resultar sorprendente y sobre todo si se tienen en cuenta los sueldos poco aptos que reciben las Fuerzas.

Las capacidades del submarino nacional más avanzado, el S-81

El S-81 'Isaac Peral' representa un elemento esencial en la modernización de la Armada Española. Este submarino es el primero de una serie de cuatro unidades de la clase S-80, con entregas programadas para 2026, 2028 y 2030. Con una eslora de 80,8 metros y un desplazamiento aproximado de 3000 toneladas en inmersión, este sumergible ha sido concebido para operar con un elevado grado de automatización y autonomía.

Dispone de seis tubos lanzatorpedos y un sistema de combate de última generación desarrollado por Navantia Sistemas. Es capaz de lanzar torpedos, minas y misiles contra buques de superficie y objetivos terrestres, lo que supera notablemente la capacidad de ataque de modelos anteriores. Sus torpedos tienen un alcance superior a 40 kilómetros, y su diseño incorpora más de 6000 cables y 10.000 tuberías que aseguran su óptima operatividad.

Un aspecto destacado del S-81 es su habilidad para sumergirse a más de 300 metros de profundidad y descender rápidamente desde la cota periscópica a la profundidad operativa en menos de cinco minutos. Este alto nivel de maniobrabilidad y sigilo lo posiciona como un componente crucial en la estrategia de defensa de España, colocándolo entre los submarinos más avanzados del mundo.

Cómo vivirá la tripulación a bordo del S-81

La experiencia a bordo del S-81 es considerablemente exigente para los 43 tripulantes. La optimización del espacio es total, lo que conlleva la ausencia de habitaciones privadas. Los marinos descansan en camarotes reducidos y comparten los limitados espacios comunes disponibles. Además, deben turnarse para acceder a las dos duchas y tres retretes que se encuentran a bordo, lo que requiere una estricta organización y disciplina incluso para las necesidades biológicas y el aseo personal.

A diferencia de otras unidades de la Armada, el S-81 no dispone de acceso a internet ni a redes sociales, lo que representa un desafío adicional, especialmente para los marineros más jóvenes. La comunicación con el exterior es restringida, lo que obliga a los tripulantes a mantener la moral elevada a través de la cohesión y el trabajo en equipo.

Para afrontar las prolongadas misiones bajo el agua, la preparación y el entrenamiento son fundamentales. La tripulación lleva a cabo simulaciones continuas para enfrentar emergencias como incendios o infiltraciones de agua, dado que en un submarino no hay margen para errores. La capacidad de reacción rápida es esencial para garantizar la seguridad y la operatividad del sumergible.

El futuro de la flota submarina española

El S-81 representa un hito significativo en la industria de defensa y potencia la capacidad operativa de la Armada Española. España se une al selecto grupo de diez naciones capaces de construir submarinos, y con la llegada de la serie S-80 Plus, la flota nacional experimenta una modernización notable.

En los años venideros, se anticipa que los S-82, S-83 y S-84 se sumen al S-81, reemplazando gradualmente a modelos más antiguos como el S-71 Galerna, que será dado de baja en 2027. A través de esta estrategia, la Armada aspira a posicionarse entre las más avanzadas del mundo en guerra submarina y proyección de fuerza naval.