El pediatra Carlos González, reconocido por su enfoque en la crianza respetuosa, ha lanzado recientemente una reflexión que pone en entredicho ciertas actitudes habituales de los adultos al decidir sobre la educación de los hijos.
A través de un vídeo difundido en la plataforma TikTok, el pediatra González ha abordado con ironía y contundencia la costumbre de justificar determinadas acciones bajo el paraguas de consecuencias hipotéticas futuras. Sus palabras invitan a una revisión profunda del discurso adulto dominante en torno a la infancia.
Crianza, respeto y sentido común: el mensaje del pediatra Carlos González
En su intervención, Carlos González denuncia una tendencia muy extendida entre los adultos: justificar decisiones o comportamientos hacia los niños basándose en posibles consecuencias a largo plazo. "Cada vez me molesta más esta manía que tenemos de intentar justificar lo que hacemos o no hacemos con nuestros hijos por supuestas consecuencias a largo plazo", afirma.
Uno de los ejemplos que utiliza para ilustrar esta contradicción tiene que ver con la violencia física: "No le pegues una bofetada porque tendrá un trauma psicológico. Oh, no, pues a mí me dieron una bofetada y qué, ¿por eso voy a tener un trauma?", plantea con sarcasmo. A continuación, remarca con claridad que la acción es inaceptable en sí misma: "¿Eso quiere decir que puedo ir y pegarte una bofetada porque no vas a tener un trauma? No, no puedo pegarte una bofetada porque no se pega a la gente, ni a los adultos ni a los niños, mucho menos a los niños".
La posición del pediatra se aleja de tecnicismos o justificaciones teóricas. Apuesta por lo esencial: el respeto hacia el menor, el sentido común y la coherencia en el vínculo entre adultos e infancia.
Padres saturados entre juicios y teorías
El discurso de Carlos González también apunta a los constantes debates que generan ansiedad en las familias en torno a prácticas como el colecho o la lactancia. En sus palabras: "Se habla de posibles consecuencias a largo plazo de casi todo. Si le das el pecho, tendrá menos alergias... ah, no, pero si le das el pecho se queda enmadrado. Si duerme en tu cama, no sabrá dormir solo y tendrá insomnio toda la vida... o será más seguro de sí mismo. ¿Qué más me da?".
Este bombardeo de información y teorías contradictorias termina por desorientar a muchos padres, que buscan hacer lo mejor para sus hijos, pero se ven atrapados entre el juicio social y la sobreinformación. El enfoque de González ofrece un respiro al poner el acento en lo esencial: amar, respetar y acompañar sin recurrir a miedos ni amenazas disfrazadas de previsiones científicas.
Autor de libros emblemáticos como Bésame mucho, González recuerda que la educación de un niño no debe estar dictada por suposiciones o estudios aislados, sino por una actitud basada en la empatía y el afecto.
Su mensaje, compartido a través de redes sociales, ha sido recibido con alivio por muchas familias que se sienten desbordadas por la presión de hacerlo "todo bien". La propuesta, sencilla pero poderosa, resuena en un momento donde lo que más falta hace es humanidad.