

En el mundo de la biología y la conservación, el redescubrimiento de una especie que se creía extinta representa un acontecimiento de gran relevancia. Estos descubrimientos subrayan la vastedad y el misterio que aún rodean a la biodiversidad global, así como la crucial importancia de los esfuerzos de conservación.
La nutria gigante es el principal depredador acuático de los humedales sudamericanos, y su dieta, casi totalmente compuesta por peces, es esencial para mantener los ecosistemas saludables. Los últimos avistamientos en Argentina se habían registrado en 1986. Su reaparición marca un hito en la conservación de especies.

El animal regresa del punto de la extinción
Recientemente, un parque nacional en Argentina protagonizó un acontecimiento sin precedentes al reintroducir una familia de nutrias gigantes en el Gran Parque Iberá, en la provincia de Corrientes. Es el primer proyecto mundial en devolver esta especie a un hábitat del que había desaparecido por completo.
Esta familia de cuatro ejemplares incluye a Nima, una hembra del Zoológico de Madrid; su pareja Coco, procedente del Zoológico de Givskud, y sus dos crías nacidas en Iberá en noviembre de 2024. La reintroducción es parte de un plan de restauración impulsado por la organización Rewilding Argentina.
La nutria gigante se encuentra catalogada como especie en peligro de extinción a nivel mundial. Con una longitud que puede alcanzar los 1,8 metros y un peso superior a 30 kilos, es el mamífero más grande de su tipo. La caza intensiva durante las décadas de 1950 y 1960, motivada por el alto valor de su piel, la llevó al borde de la desaparición.
Por qué se considera que este animal es único
La nutria gigante de río (Pteronura brasiliensis), también conocida como lobo de río, habita exclusivamente en América del Sur. Se trata del miembro más antiguo de las comadrejas y uno de los depredadores más destacados de la región amazónica.
Posee un pelaje marrón con una mancha blanca o amarillenta en la garganta, y se organiza en grupos sociales de entre 5 y 10 individuos. Está altamente adaptada a la vida acuática, con bigotes que le ayudan a detectar peces y un pelaje denso que le proporciona aislamiento. Construye madrigueras en las orillas de ríos y lagos donde cuida a sus crías.
Actualmente, la especie enfrenta nuevas amenazas: pérdida de hábitat, caza furtiva y exposición a enfermedades como el moquillo canino. La reintroducción en Argentina busca restaurar su presencia en el ecosistema y fortalecer su supervivencia en el continente.
Un nuevo modelo de conservación animal
El Gran Parque Iberá es un entorno ideal para esta especie. Con más de 756.000 hectáreas de humedal protegido, abundancia de presas y baja presión humana, ofrece condiciones óptimas para la recuperación de fauna.

Según Rewilding Argentina, se prevé realizar futuras liberaciones en otros puntos como los Esteros del Iberá y el Chaco, con el fin de conectar poblaciones aisladas de nutrias gigantes en Sudamérica. El proyecto también impulsa el turismo de naturaleza y genera beneficios económicos para las comunidades locales.
Este tipo de iniciativas reflejan el potencial que tienen las acciones de conservación bien ejecutadas y el impacto positivo que pueden generar en la biodiversidad, el ecosistema y las comunidades humanas.











