La subida constante del precio de la gasolina y el diésel sigue siendo un dolor de cabeza para muchos conductores en España. Por eso, no es raro que algunos intenten ahorrar echando gasóleo agrícola, una variante más barata. Sin embargo, la Guardia Civil advierte que esta práctica puede salir muy cara.
Las multas para quienes utilicen gasóleo B en coches particulares pueden alcanzar hasta los 12.000 euros.
Alerta de Guardia Civil: ¿por qué es tan grave usar gasóleo agrícola en coches particulares?
El gasóleo B está subvencionado para usos profesionales, con una fiscalidad diferente a la del gasóleo A o la gasolina habitual. Su precio más económico puede tentar a muchos conductores, pero la realidad es que su uso en coches particulares está prohibido por ley.
La Guardia Civil ha intensificado sus controles en estaciones de servicio y en carretera. No solo vigilan visualmente a los vehículos sospechosos, sino que pueden abrir depósitos para tomar muestras y analizarlas.
Si detectan gasóleo agrícola, una variante más barata, pero destinada exclusivamente a maquinaria agrícola o vehículos industriales, la sanción económica no es lo único que preocupa: se considera un fraude contra la Hacienda Pública, lo que puede derivar en consecuencias legales graves.
Multas y consecuencias de usar gasóleo B en coches particulares
Multas económicas de hasta 12.000 euros por uso indebido de gasóleo agrícola.
Denuncias por fraude fiscal que pueden complicar aún más la situación.
Riesgo de daños mecánicos en el motor, ya que este combustible no está diseñado para vehículos particulares.
Posibles sanciones administrativas y penales adicionales, dependiendo de la comunidad autónoma.
Estas consecuencias hacen que el ahorro aparente que supone el gasóleo B se convierta en un coste mucho mayor a medio y largo plazo.
Cómo evitar sanciones y cuidar tu coche
La Guardia Civil recomienda seguir ciertas medidas para no caer en infracciones ni poner en riesgo la salud de tu vehículo:
Repostar siempre combustibles autorizados para turismos, como el gasóleo A o la gasolina.
Comprobar el etiquetado en las estaciones de servicio y asegurarte de que el producto que echas es el correcto.
No dejarte llevar por "trucos" o consejos de terceros para usar gasóleo agrícola.
Mantener el vehículo en buen estado, pues el uso de combustible incorrecto puede provocar averías costosas.
Informarte sobre la normativa vigente en tu comunidad autónoma, ya que las sanciones pueden variar.