Es fundamental distinguir entre "fecha de vencimiento" y "fecha de consumo preferente". En el caso de la primera, el fabricante no garantiza la calidad del producto más allá de esa fecha.
En el caso de la segunda, aunque las características sensoriales (como el sabor y la textura) pueden verse alteradas, no necesariamente representa un peligro para la salud. El hecho de que un producto haya superado su fecha indicada no implica automáticamente un riesgo para la salud.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha elaborado una lista de 10 alimentos que se pueden consumir después de su fecha límite, siempre que no estén abiertos o muestren signos de deterioro.
La lista incluye:
- Yogures
- Pan lacteado
- Patatas fritas y frutas secas
- Galletas envasadas
- Gaseosas y bebidas alcohólicas
- Pastas, arroces y legumbres
- Mermelada y manteca
- Embutidos y quesos curados
- Sopas y salsas envasadas
- Conservas de tomate
Por otro lado, productos como las bebidas alcohólicas con más de un 10% de alcohol, frutas y verduras frescas, pan y galletitas frescas, vinagre, sal, azúcar y chicles no están obligados a llevar una fecha de caducidad o consumo preferente, aunque no están exentos de perder sus propiedades con el tiempo.
En el caso de las verduras frescas, se pueden consumir si no están excesivamente dañadas, retirando cuidadosamente las partes podridas o con moho. Sin embargo, para la carne y el pescado es crucial no arriesgarse y descartarlos si han superado la fecha de vencimiento o no se han mantenido a las temperaturas adecuadas.