El cáncer es una enfermedad por la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del cuerpo. El cuerpo humano se compone de billones de células que en el transcurso de la vida se multiplican y dividen, y cuando una célula presenta alguna anomalía, por lo general muere. El cáncer surge cuando algo sale mal en ese proceso y se mantiene la reproducción de células nuevas mientras las viejas o anómalas no mueren como deberían.
A medida que las células consideradas como "cancerosas" se reproducen de forma descontrolada, estas pueden superar en número a las células sanas, lo cual dificulta que el cuerpo funcione como debería. Este proceso de propagación de células cancerosas es conocido como la metástasis.
Según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica, el número de casos de cáncer diagnosticados en España durante el 2025 alcanzará los 296.103 casos, lo que supone un incremento del 3,3% con respecto a 2024. Aunque existen muchos tipos de cáncer distintos según la zona del cuerpo en donde se desarrolle la metástasis, los médicos especifican una serie de señales que el cuerpo envía antes de que el cáncer llegue a una etapa avanzada.
Cuáles son los distintos tipos de cáncer
Según la Sociedad Americana de Cáncer, el cáncer se denomina por la parte del cuerpo por donde comienza incluso cuando se propaga a otras partes del cuerpo a través de la metástasis. Sin embargo, los científicos diferencian dos categorías principales de cáncer:
- Los cánceres hematológicos (de la sangre) son tipos de cáncer en los glóbulos sanguíneos. Entre ellos se encuentra la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple.
- Los cánceres de tumores sólidos son aquellos que aparecen en cualquier órgano o tejido del cuerpo. Los tipos más comunes son el de seno, próstata, pulmón y el colorrectal.
Estos tipos de cáncer presentan similitudes entre sí, pero pueden ser diferentes en la forma en que se desarrollan y propagan, junto con el tratamiento específico para cada uno. Algunos tipos de cáncer crecen y se extienden rápidamente, mientras que otros crecen más lentos.
A su vez, otro elemento específico de los cánceres en los órganos o tejidos es el tumor, un bulto o protuberancia que puede ser benigno o maligno, lo que marca la diferencia entre el tipo de diagnóstico que se puede presentar.
- Tumores benignos: crecen lentamente, no crecen en tejidos ni en otras partes del cuerpo. No causan síntomas con frecuencia. Si se necesita tratamiento, por lo general es cirugía. Los tumores benignos no son cáncer, según los especialistas.
- Tumores malignos: pueden crecer rápido y de forma descontrolada. Se expanden a otras zonas cercanas y las células de estos tumores se pueden desplazar para crecer en otras partes del cuerpo. Los tumores malignos se tratan con cirugía, radiación y medicamentos, como la quimioterapia.
Las señales que tu cuerpo envía antes del diagnóstico de cáncer
Aunque el cáncer puede ser de distintos tipos y desarrollarse en distintas partes del cuerpo humano, existen algunos síntomas generales que se repiten en muchos casos. Según la American Cancer Society, el cáncer puede crecer o comenzar a presionar los órganos, vasos sanguíneos y nervios cercanos, lo que causa algunos signos y síntomas.
Algunos de los signos generales pueden ser fiebre, cansancio extremo (fatiga) o pérdida de peso, porque las células cancerosas consumen mucha energía del cuerpo. El cáncer también puede causar que el sistema inmunitario reaccione de manera que aparezcan señales del diagnóstico. Algunos de los signos y síntomas más frecuentes que aparecen por el cáncer son:
Fatiga
El cansancio extremo que no mejora con el descanso puede ser ocasionado por la anemia o el recuento bajo de glóbulos rojos.
Cambios de peso
Si se produce una pérdida o aumento de peso de 4,5 kg o más sin motivo aparente, puede ser una señal de un posible cáncer. Sumado a eso, también se pueden presentar problemas para comer, como no sentir hambre, tener dificultad para tragar o sentir náuseas o vómitos.
Hinchazón
Bultos o endurecimiento en cualquier parte del cuerpo, como el seno, puede ser otro factor de riesgo. A esto se le puede sumar un dolor en la zona, sin motivo aparente, que no desaparece o empeora.
Cambios en la piel
Un bulto que sangra o al que le salen escamas, un lunar nuevo o uno que cambia, úlceras o llagas que no curan o piel u ojos amarillentos son algunos de los síntomas que se pueden presentar en la piel.
Cambios intestinales
El estreñimiento o la diarrea que no desaparecen, los cambios en los aspectos de las heces y la presencia de sangre al defecar pueden ser factores de riesgo importantes que requieren un tratamiento inmediato.