El cáncer de próstata es uno de los más comunes entre los hombres en España, especialmente a partir de los 50 años. A menudo, esta enfermedad se desarrolla sin presentar síntomas evidentes, lo que dificulta su detección temprana.
Según estimaciones de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en 2025 se registrarán 296.103 nuevos casos de cáncer. Esto equivale a un 3,3% más que en 2024.
La detección tempranaeleva la tasa de supervivencia al 90%, lo que subraya la importancia de prestar atención a los síntomas iniciales y realizar revisiones periódicas.
Cambios en los hábitos urinarios: una señal de alerta
Uno de los primeros indicios de cáncer de próstata puede ser la alteración en los patrones de micción. Esto incluye la necesidad de orinar con mayor frecuencia, especialmente durante la noche (nicturia), dificultad para iniciar o detener el flujo urinario, y un chorro de orina débil o interrumpido.
Además, algunos hombres pueden experimentar dolor o ardor al orinar, así como la sensación de no vaciar completamente la vejiga. Estos síntomas también pueden estar relacionados con otras afecciones, como la hiperplasia prostática benigna
En caso de presentar algunos de estos síntomas, es fundamental consultar a un médico para descartar la presencia de cáncer.
Indicadores menos comunes pero significativos
Aunque menos frecuentes, la presencia de sangre en la orina (hematuria) o en el semen puede ser un signo de cáncer de próstata. Asimismo, la disfunción eréctil y el dolor durante la eyaculación son síntomas que no deben ignorarse.
En etapas más avanzadas, el cáncer puede causar dolor persistente en la espalda baja, las caderas o los muslos, así como debilidad o entumecimiento en las piernas o los pies. Estos síntomas pueden indicar que el cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo, como los huesos o la médula espinal.
La importancia de la detección precoz
Dado que el cáncer de próstata puede desarrollarse sin síntomas evidentes, es esencial realizar exámenes de detección regularmente, especialmente para hombres mayores de 50 años o aquellos con antecedentes familiares de la enfermedad.
Las pruebas de detección incluyen el análisis del antígeno prostático específico (PSA) en sangre y el tacto rectal. Aunque estas pruebas no son definitivas, pueden ayudar a identificar signos tempranos de cáncer y determinar la necesidad de realizar estudios adicionales, como una biopsia.
Prestar atención a los cambios en los hábitos urinarios y otros síntomas inusuales puede ser clave para detectar el cáncer de próstata en sus etapas iniciales. La consulta médica oportuna y las revisiones periódicas son fundamentales para un diagnóstico precoz y un tratamiento eficaz.