La movilidad sostenible en las ciudades está viviendo un momento de expansión con propuestas sorprendentes. Una de las más curiosas es un autobús urbano que circula sin depender de combustibles fósiles y, en su lugar, aprovecha residuos humanos.
Desde hace cinco años, el vehículo bautizado como "Nimbus" circula en la línea V3 de TMB utilizando exclusivamente biometano renovable derivado de residuos humanos, demostrando que la economía circular tiene potencial real para transformar el transporte público.
El autobús que convierte aguas residuales en energía
El proyecto Life Nimbus nació de la colaboración entre Aigües de Barcelona, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el centro tecnológico Cetaqua. Su funcionamiento parte de la depuradora del Baix Llobregat, que procesa más de 400.000m³ diarios de aguas residuales.
A partir de los lodos digeridos, se genera biogás (aproximadamente 65% metano y 35% CO), que luego se transforma mediante una tecnología conocida como power-to-gas.
El CO se combina con hidrógeno renovable para obtener biometano casi puro, apto para motores de gas natural sin modificaciones. El resultado: un combustible circular, limpio y eficiente que reduce hasta un 80% las emisiones de CO en comparación con un autobús convencional.
Cuáles son los resultados de esta prueba piloto
Desde hace cinco años, el autobús Nimbus recorre más de 14.000 km anuales usando únicamente este biometano renovable. Es más que un dato: es la prueba de que un sistema que parte de los residuos puede mover una parte fundamental del transporte público urbano.
Además del impacto real en kilómetros recorridos, el proyecto ha demostrado que es viable mantener líneas periféricas con alta autonomía y capacidad, donde la electrificación aún no cumple todas las exigencias.
Según indica Mario Canet, responsable de Innovación y Proyectos de Bus en TMB, "Life Nimbus ha aportado conocimientos valiosos para descarbonizar la flota y esta tecnología puede aplicarse también al transporte de mercancías".
Cómo se vislumbra el futuro del biometano urbano
Tras los éxitos del proyecto piloto, ha dado inicio la siguiente fase: SEMPRE-BIO, con un presupuesto superior a los 11 millones de euros (en parte financiados por la Unión Europea). El objetivo es ampliar la producción de biometano a más líneas de autobuses y reducir los costes de explotación de las plantas.
Este avance encaja con las metas europeas. En el transporte, que representa casi el 30% del consumo energético total, menos del 10% proviene de fuentes renovables. Bruselas busca superar el 30% en 2030, y, según su Hoja de Ruta del Biogás de 2022, España se ha comprometido a cuadruplicar la producción nacional de este tipo de combustible.
Para el catedrático Albert Guisasola (UAB), esta tecnología puede "replicarse y ampliarse fácilmente en otras EDAR, multiplicando la producción de biometano de forma sostenible a través de la valorización de residuos".