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El cardiólogo Aurelio Rojas, advierte sobre los riesgos del consumo habitual de pan de molde industrial. "Es un pan de mala calidad, con aceites proinflamatorios que el cuerpo no puede eliminar", afirma, aludiendo a problemas de salud a largo plazo.

Aunque muchas personas consideran este alimento una opción rápida y cómoda, especialmente para la merienda escolar, Rojas señala que su composición, aceites de palma y girasol no alto oleico, conservantes y aditivos, lo convierte en una amenaza silenciosa para la salud cardiovascular, tanto en adultos como en niños.

Cardiólogo alerta sobre los efectos inflamatorios del pan de molde

El doctor Aurelio Rojas destaca que, si bien no se trata de demonizar el pan de molde, sí es necesario tomar conciencia sobre su consumo excesivo. "No es un pan fresco, ni natural. Está procesado, envasado y cargado de ingredientes que alteran la salud", afirma.

Entre ellos, menciona el aceite de palma y el de girasol no alto oleico, componentes que favorecen procesos inflamatorios y se acumulan en el sistema circulatorio al no ser metabolizados correctamente por el organismo.

En sus declaraciones, realizadas en el marco de un foro sobre alimentación saludable celebrado en el Hospital Clínico San Carlos, Rojas alerta sobre los efectos de estos aceites: "Pueden parecer cantidades pequeñas, pero con el tiempo se quedan en tus vasos sanguíneos y acaban generando problemas".

La reflexión se vuelve más urgente al considerar que muchos niños en España consumen este tipo de pan de forma diaria en bocadillos escolares, acompañados frecuentemente de embutidos también procesados.

Alternativas saludables al pan procesado

En España ya existen opciones más saludables y accesibles para reemplazar el pan de molde industrial. Panes artesanos de masa madre, integrales reales o elaborados sin aditivos se pueden encontrar en panaderías locales o incluso supermercados, si se revisan bien las etiquetas.

La clave está en reducir la frecuencia de consumo del pan procesado y apostar por productos con ingredientes reconocibles, sin conservantes ni aceites refinados. La educación alimentaria desde casa y en los colegios puede marcar la diferencia para futuras generaciones más conscientes.