Los agujeros negros supermasivos siempre han sido fuente de misterio y fascinación. Su influencia sobre el entorno cósmico es tan extrema que incluso la luz parece rendirse a su gravedad. Pero lo que se acaba de revelar cambia todo lo que creíamos saber sobre ellos.
Un equipo internacional de científicos, trabajando con datos del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT), ha confirmado que el entorno alrededor de estos objetos no solo es violento, sino mucho más dinámico e inestable de lo que preveían los modelos teóricos.
Este hallazgo, publicado en la revista Astronomy & Astrophysics, podría obligar a reescribir parte de la astrofísica moderna, en especial las ecuaciones postuladas por Albert Einstein.
La galaxia M87 desvela el caos cerca del abismo
El foco del estudio es el agujero negro supermasivo M87, situado a unos 55 millones de años luz de la Tierra, en el corazón de la galaxia M87. Las imágenes captadas entre 2017 y 2021 por el EHT revelan que los patrones de polarización de la luz, clave para entender los campos magnéticos, no solo cambian con el tiempo, sino que incluso se invierten.
"Además del cambio de polarización totalmente inesperado a lo largo de los años, hay otros aspectos de los resultados que son igualmente desconcertantes", explicó Jan Röder, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), una de las instituciones que participa en la investigación.
Mientras el tamaño del anillo de luz, conocido como la "sombra del agujero negro", se ha mantenido estable, el comportamiento del campo magnético es errático. En 2017, los campos giraban en una dirección, se estabilizaron en 2018 y en 2021 giraban en sentido contrario. Este fenómeno no tiene, por ahora, una explicación única.
Un desafío directo a la teoría de Einstein
Este comportamiento lleva al límite los modelos actuales que explican la física de los agujeros negros. "Lo notable es que, mientras que el tamaño del anillo se ha mantenido constante, el patrón de polarización cambia significativamente", detalló el astrónomo Paul Tiede, del Center for Astrophysics de Harvard & Smithsonian, y colíder del estudio.
El equipo también ha encontrado las primeras evidencias de emisión en la zona donde el agujero negro conecta con el anillo de material que lo rodea.
Se trata de señales del chorro de materia que el agujero negro expulsa a velocidades cercanas a la luz, un fenómeno crucial para entender cómo se distribuye la energía a gran escala en el Universo.
El impacto cósmico de este hallazgo
Este descubrimiento es más que una curiosidad científica. Los agujeros negros supermasivos como M87 juegan un papel clave en la evolución de las galaxias, regulando la formación estelar y alterando la distribución de materia y energía en su entorno.
Estas observaciones del EHT permiten a los astrónomos están más cerca de entender los procesos extremos que ocurren en estos puntos del cosmos donde las leyes conocidas de la física empiezan a desvanecerse.
Es una muestra más de cómo, incluso en el vacío más oscuro del espacio, la luz aún puede contar historias que pueden transformar la visión del universo conocido.