Con el calor instalado en gran parte de España, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha publicado un informe que identifica los 3 helados de supermercadomás saludables. Tras analizar más de 50 productos disponibles en grandes cadenas, el organismo destaca solo tres opciones que cumplen los criterios.
Se trata del Huracán de Gellatelli (Lidl), el Pirulo Happy y el Sándwich de Nata, ambos de Nestlé, todos aprobados con una nota favorable según el sistema NutriScore. La OCU recuerda que, aunque siguen siendo productos de consumo ocasional, estos helados destacan en un sector donde la mayoría suspende en calidad nutricional.
Los 3 helados de supermercado más saludables según la OCU
La OCU ha evaluado medio centenar de helados de supermercado con criterios estrictos, contenido de azúcar inferior a 20 g por cada 100 g, control de grasas saturadas, pocos aditivos y calidad de ingredientes.
Solo tres productos lograron una calificación aceptable, letra C o superior en el etiquetado NutriScore y pueden considerarse como las mejores alternativas dentro del consumo ocasional.
Huracán - Gellatelli (Lidl)
Este polo tricolor, sin gluten ni lactosa, lidera el ranking con la mejor puntuación global. Apenas aporta 105 kcal por cada 100 g, con solo 3 g de grasa y 14 g de azúcar. Recibe la letra C en el NutriScore y es una opción ideal para quienes buscan algo ligero y refrescante.
Pirulo Happy - Nestlé
Clásico entre los niños, este helado de palo se sitúa en el segundo puesto gracias a su 20% de zumo de fruta, cero grasas y solo 79 kcal por cada 100 g. La OCU le otorga la letra B, convirtiéndolo en el helado con mejor nota del estudio.
Sándwich de Nata - Nestlé
Aunque pertenece a la categoría de helados de crema, destaca por mantener un nivel moderado de azúcar y calorías, 261 kcal por 100 g. También alcanza la letra C en NutriScore, lo que le permite cerrar el podio saludable de esta temporada.
Qué mirar en el etiquetado de los helados de supermercado
A la hora de elegir helados de supermercado, la OCU recomienda no dejarse llevar solo por la marca o el precio. Es clave revisar el etiquetado nutricional y fijarse en el sistema NutriScore, que ofrece una visión rápida de su calidad global.
La letra C es el mínimo aceptable para un producto ocasional; por debajo, especialmente si figura la letra E, conviene evitar su consumo frecuente. También es importante vigilar la cantidad de azúcar (idealmente por debajo de 20 g/100 g) y grasas saturadas.
Los aditivos y la ausencia de ingredientes naturales penalizan en la evaluación, por lo que conviene optar por productos que prioricen el zumo de fruta, los ingredientes lácteos reales o las fórmulas más simples.