El Ayuntamiento de Barcelona anunció la eliminación de todas las licencias de viviendas de uso turístico para el año 2028. La decisión, dirigida a plataformas como Airbnb, forma parte de una estrategia para frenar la crisis habitacional y ampliar la oferta de alquiler tradicional. Desde el gobierno local sostienen que esta medida permitirá reducir la presión sobre el mercado inmobiliario y facilitará el acceso a la vivienda para los residentes.
Sin embargo, un informe de la consultora PwC advierte que la eliminación de los pisos turísticos tendrá un impacto negativo en la economía de la ciudad.
Contribuciones millonarias al PIB, miles de empleos y el atractivo turístico de Barcelona podrían verse gravemente afectados. Además, expertos señalan que la restricción no garantiza una reducción en los precios del alquiler, ya que otros factores estructurales, como la falta de inversión en vivienda, inciden más en el aumento de los costos.
Adiós ley de alquileres: el impacto económico millonario
El estudio de PwC señala que la desaparición de los 10.000 pisos turísticos generaría pérdidas superiores a los 1900 millones de euros, equivalentes al 1,9 % del PIB de la ciudad. Además, la restricción comprometería más de 40.000 empleos vinculados a sectores como la gastronomía, el comercio y el entretenimiento.
Cada euro generado por el alquilertemporal se traduce en 3,5 euros en la economía general, con un impacto notable en la restauración (331 millones de euros), el comercio minorista (181 millones) y el ocio y la cultura (134 millones).
También podría perjudicar el atractivo de Barcelona como sede de congresos y ferias internacionales, ya que los pisos turísticos representan cerca del 40 % de la oferta de hospedaje.
Viviendas turísticas: sin efecto en el precio del alquiler
A pesar de las restricciones impuestas a las viviendas turísticas, el valor del alquiler en Barcelona se incrementó un 72 % en la última década, mientras que la cantidad de pisos turísticos solo creció un 2,2 %. En zonas como Eixample y Sant Martí, donde los precios subieron considerablemente, el número de pisos turísticos se mantuvo estable o incluso disminuyó.
El informe de PwC destaca que el problema radica en el estancamiento de la oferta y la falta de políticas públicas para fomentar la construcción de viviendas. La experiencia de Nueva York, donde se implementó una regulación similar, demuestra que la eliminación de los pisos turísticos no garantiza una reducción en los precios del alquiler.