Después de los saludos de rigor, frente a la mesa colmada de dirigentes bonaerenses en el segundo piso de la sede nacional de Partido Justicialista, fue Eduardo "Wado" De Pedro quien habló del elefante en la habitación.
"Una cosa fueron los números de anoche y otros con los que amanecimos hoy", ensayó como explicación el Secretario General de la Presidencia para trasladar la visión oficial del vaso medio lleno tras las dos derrotas kirchneristas en las urnas del día anterior. Resultados previsibles pero que igual dejaron un sabor amargo en la Casa Rosada. Pero también una supuesta enseñanza: "Quedamos muy cerca en Mendoza. Es un final abierto. Consolidando la unidad y la fuerza del peronismo es probable que logremos revertir el resultado", los animó el funcionario en su doble rol de apoderado partidario y referente camporista.
La prédica motivacional de De Pedro fue en sintonía con la estrategia de minimización impulsada desde temprano por Aníbal Fernández. El Jefe de Gabinete había definido como "empate técnico" lo escrutado en Santa Fe (entre el macrista Miguel Del Sel y el Frente Progresista) mientras que para la provincia cuyana auguró: "Mejorando la tarea política, estamos en condiciones de discutir con seriedad la futura conducción". A diferencia del prólogo encuesteril, el FpV no quedó tan lejos del candidato Alfredo Cornejo, auspiciado por la alianza entre el radicalismo, el PRO y el massismo. De Balcarce 50 salió rauda la orden de encolumnarse detrás de Adolfo Bermejo, respaldado por el gobernador Francisco "Paco" Pérez y el sciolismo, a pesar de haber impulsado en la interna al más K, Guillermo Carmona. Un ensayo a escala de lo que puede venir.
"En Salta ganó (Juan Manuel) Urtubey. En Mendoza le fue mejor a Bermejo. Lo mismo (Omar) Perotti en Santa Fe. Están saliendo más favorecidos los candidatos PJ más que los ultra K", es la mirada peronista de los últimos comicios. En La Plata se entusiasman al ya visualizar una tendencia que favorecería a Daniel Scioli.
Por eso, en la reunión de ayer del PJ bonarense, convocada por su presidente, el intendente matancero Fernando Espinoza, fue celebrado el diputado ultra K, Carlos Kunkel, que suele renegar de ese mote y se define "peronista" a secas. "En los años pares nos podemos sacar los ojos. En los impares, de elecciones, no podemos criticar a los compañeros". Entendido como un dique ante las críticas de Florencio Randazzo a su líder, lo aplaudieron con gusto los referentes naranja que habían copado el cónclave: el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, la ministra Cristina Alvarez Rodríguez y el vicegobernador Gabriel Mariotto. "Todos los sectores debemos estar unidos para defender las transformaciones que hemos conseguido", fue el llamado de Espinoza.
A contramano de lo promocionado, con la intensión de que hubiera foto de la decena de precandidatos K bonaerenses, hubo tres sillas vacías. No fueron el titular de Diputados, Julián Domínguez (con actividad en la Cámara); el intendente Juan Patricio Mussi (si bien fue representado por su padre) y el director de Anses, Diego Bossio. Esperable: Martín Insaurralde no acusó recibo de la invitación.