Los 18 intendentes renovadores llegaron el lunes a Rincón del Milberg, entre ellos el de Olavarría, José Eseverri, que horas antes había visto al Secretario General de la Presidencia, Eduardo "Wado" De Pedro. Sergio Massa fue el primero en hablar: "Al único lugar que no puedo volver es al kirchnerismo". Con esa lapidaria frase, el jefe comunal que ya era massista en silencio, calló la propuesta que traía de la Casa Rosada.
Por encuestas, y por conveniencia, para el oficialismo Massa ya no es un presidenciable. Entre un abanico de hipótesis, se fogoneaba hasta un regreso disimulado ("por abajo de la mesa") del líder renovador en medio del éxodo massista. "Todos los que quieran volver, bienvenidos sean", abrió primero la tranquera el precandidato a gobernador, el titular de Diputados Julián Domínguez. Otros después replicaron en privado la amnistía al tigrense, con la firma de una cláusula prohibitiva: dejar pasar el 2015 sin ser postulante. A nada. Como le reclama el macrismo.
En La Plata también celebran por anticipado el así creído fin del massismo. No sólo como vendetta a su crítico más feroz. "Sin Massa, enfrentando sólo a (Mauricio) Macri, Daniel gana en primera vuelta", se entusiasman cerca de un Scioli que siempre apostó a la polarización. Como buitres, en búnkers naranjas y amarillos coinciden en repartirse los votos renovadores 60/40, respectivamente.
Afuera de la carrera estelar, hipótesis con la que trabajan los laboratorios electorales K, depende en qué dependencia oficial se consulte, Massa tiene un futuro político distinto. Llegó a primar la teoría Aníbal Fernández: que se devaluará a enfrentar a la candidata provincial del PRO, María Eugenia Vidal. El Jefe de Gabinete, ex presidenciable que también aspira a la gobernación, la blanqueó en el programa de TV "Plan M". "Los que le dijeron que acordamos con Mauricio Macri son los mismos que en 2013 le aseguraban que Massa no jugaba", le recordó el diputado Gilberto Alegre.
Mientras unos, superados, creen que no movería el amperímetro, sin fuerzas por el desangre renovador, otros no quieren un Massa aspirante a sucesor de Daniel Scioli. Con un Aníbal F. con un conocimiento tan alto proporcional a su imagen negativa, imaginan a Cristina Kirchner obligando al presidenciable Florencio Randazzo a disminuir sus aspiraciones y jugar en la provincia. O al menos a la reducción de la interna bonaerense al candidato único. Es un escenario que tampoco desea Scioli, al preferir salir victorioso de una interna K. Otra inusual coincidencia entre ambos presidenciables oficialistas.