¿Es válido el voto en blanco? ¿Cómo se contabiliza? ¿A quién beneficia o a quién perjudica?
Son preguntas que suelen quedar sobre la mesa antes de cada elección y que, al menos algunas, tienen respuestas distintas según de qué elección se trate.
La Justicia electoral argentina considera en todos los casos al voto en blanco como válido, lo que no ocurre, por ejemplo, con los votos que por distintos motivos son declarados nulos. (Acá podés revisar los distintos tipos de voto).
Pero de allí en más, las respuestas varían según el distrito y el tipo de elección.
En la mayoría de los casos, los votos en blanco (que son válidos pero no positivos) no tienen ninguna incidencia, porque sólo se tienen en cuenta los votos afirmativos, que son todos aquellos en los que el votante eligió a algún candidato. En todos esos casos, el voto en blanco vale tanto o tan poco como si el votante no hubiera votado o hubiera emitido un voto nulo.
Pero en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo con las que los ciudadanos de la Ciudad de Buenos Aires elegirán este domingo quienes serán los candidatos a jefe de Gobierno, legisladores y comuneros, el voto en blanco sí tiene una incidencia que en algunos casos puede llegar a ser fundamental.
Dentro de las internas de cada partido o frente, el voto en blanco no incide: será proclamado candidato a jefe de Gobierno quien más votos saque y las listas de legisladores y comuneros se confeccionarán repartiendo proporcionalmente los lugares según el sistema D`Hont (en el que no inciden los votos en blanco).
Pero la reglamentación de las PASO porteña establece un piso proporcional de votos que deben alcanzar los partidos o frentes para que sus candidatos puedan participar en las elecciones generales (que este año son el 5 de julio).
Y ese piso es del 1,5% de “los votos válidamente emitidos para cada categoría”, es decir que en el total se cuentan los afirmativos más los votos en blanco (no los nulos). Así, los votos en blanco “agrandan” el volumen de la torta y, por lo tanto, elevan la cantidad de votos que representa ese 1,5%. Para los partidos con un gran volumen de votos, no tiene mayor importancia; pero a los partidos menos votados, el voto en blanco les dificulta que sus candidatos sean proclamados, algo que no ocurre con los votos nulos.