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Martín Rappallini planteó un cambio de paradigma en el debate económico argentino al sostener que el sector productivo debe abandonar la obsesión por el tipo de cambioy concentrarse en reducir costos estructurales. Las declaraciones del presidente de la UIA marcan un giro en el discurso tradicional de la entidad fabril, históricamente enfocada en reclamar un dólar más alto.

"Nosotros lo estamos viendo en torno a 1500, que es un dólar de equilibrio, pero también queremos que desde, desde la Unión Industrial, dejar de hablar del dólar“, afirmó Rappallini durante una entrevista en Del Plata en la que abordó la situación cambiaria del país tras las elecciones del domingo.

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El dirigente industrial reconoció que existe un nivel de tipo de cambio que considera equilibrado, pero inmediatamente trasladó el eje de la conversación hacia otros factores que considera más relevantes para la competitividad del sector.

El foco en la competitividad

La propuesta de Rappallini implica un cambio cultural profundo en la manera en que la industria argentina piensa su futuro. “Tenemos que hablar de la competitividad, de las reformas que hay que hacer, de bajar el costo argentino”, enfatizó, poniendo sobre la mesa un conjunto de desafíos que exceden la política cambiaria.

El industrial advirtió sobre el círculo vicioso en el que cae el país cuando el debate se centra exclusivamente en el valor de la divisa estadounidense. “Porque si no estamos todo el tiempo corriendo atrás del dólary eso es lo que tenemos que dejar de hacer los argentinos, ¿no?“, señaló, describiendo la dinámica que ha caracterizado a la economía argentina durante décadas.

En esa línea, agregó: “Tenemos que empezar a trabajar y a producir al menor costo posible y olvidarnos del dólar”.

Para Rappallini, la competitividad no puede construirse únicamente sobre la base de una moneda devaluada, sino que requiere mejoras en productividad, infraestructura, logística, marco regulatorio y costos de energía, entre otros factores.

“Tenemos que hablar de la competitividad, de las reformas que hay que hacer, de bajar el costo argentino”, enfatizó Rappallini.

No obstante, admitió que se trata de una transformación compleja para un país acostumbrado a mirar el dólar como termómetro de todas las variables económicas.

“Es difícil, pero hay que tratar de que no sea el único tema en la Argentina”, reconoció, dejando entrever que entiende las dificultades de implementar este cambio de mentalidad en un contexto donde la volatilidad cambiaria ha sido históricamente determinante.