Dos testigos que estuvieron en el departamento del fiscal Alberto Nisman a horas de su muerte generaron conmoción con sus declaraciones, un día antes de que se realice la "marcha del silencio". Por un lado, un carpintero, que convocado por la Policía Federal participó a las 6.40 en el operativo, detalló que vio "pisadas de sangre en el pasillo del vestidor". Esa versión trascendió luego de que Natalia Fernández, quien estuvo a la madrugada en el departamento en calidad de testigo de Prefectura Naval, denunciara que no se cuidaron las pruebas durante la investigación, hecho que fue rechazado por la fiscal Viviana Fein y el secretario de Seguridad, Sergio Berni.

El carpintero, que evitó dar su nombre y mostrar su rostro, fue llevado al departamento de Nisman con otro compañero de trabajo durante tres horas, cuando la testigo Fernández ya se había retirado. En una entrevista brindada a Telefe, el testigo dijo que subieron por el ascensor de servicio porque "el principal no funcionaba" y que una vez en el departamento notó que "había pisadas de sangre en el pasillo del vestidor.

"En el centro del baño, al lado de la ducha también vi mucha sangre (dos o tres litros)", agregó el carpintero. Asimismo, dijo que no vio manchas de sangre en el espejo y habló de una "puerta corrediza", aunque no quedó claro si se refería a la entrada al baño. Si fuese así, se trata de un dato nuevo, que difiere de las reconstrucciones dadas a conocer por Berni y Fein, hasta el momento, sobre el lugar de la muerte de Nisman.

El carpintero aseguró que en el departamento había "menos de 30 personas", entre "gente de Prefectura y de la Federal, además de la fiscal Fein". Afirmó haber visto "documentos, netbooks, pasaportes y un cheque por $ 200.000".

Su declaración se sumó a las sospechas en torno a la investigación que generaron los dichos de Natalia Fernández, quien pidió protección tras denunciar irregularidades en el operativo que se realizó en el departamento de Nisman. La moza que trabaja en Puerto Madero, contó que la fiscal le mostró una bolsa con cinco "casquillos de bala, pititos o algo así", que una agente tocó el teléfono del fiscal y que el portero le ofreció un café de la cafetera de Nisman. Por otro lado, relató que había un clima extraño: "Tomaban mate y pidieron medialunas. Tocaban todo. Había unas cincuenta personas. La fiscal preguntaba ¿la cortamos acá y la seguimos mañana?".

En declaraciones a radio Mitre, sostuvo que sentía "miedo" y pidió "protección". La joven contó que dos veces la abordaron en el bar de Puerto Madero donde trabaja, preguntándole si era la testigo del caso Nisman, y que recibía llamadas extrañas.

Tras ser consultada sobre la foto que sacó durante el procedimiento, advirtió: "Me pareció que en algún momento la iba a necesitar, si me tratan de loca".

Acto seguido, la fiscal Fein, que instruye la causa, rechazó la versión de la testigo y la calificó como "una novela de mal gusto". "Lo que dice esta chica no existe, es descabellado y se va a tener que hacer cargo de lo que dijo", apuntó. Pero horas después Fernández ratificó su versión y dijo que se encuentra "a disposición" de Fein.

La testigo también había asegurado que durante el operativo vio a Berni. En respuesta, el secretario de Seguridad aseguró ayer que no conoce a la testigo y agregó que "será la fiscal la que deberá determinar la veracidad de sus dichos".