Sindicalistas del subte y el premetro porteños renovaron hoy la advertencia de aplicar “un paro en los próximos días” y reclamaron “romper el contrato de concesión” con Metrovías, al denunciar que “ni siquiera se pintaron las formaciones” que sacó de circulación en julio último con el argumento de desperfectos.
AGTSyP, el sindicato mayoritario de la red subterránea, advirtió que la compañía “volverá a poner en marcha” los vehículos “en las mismas condiciones” en las que los retiró, al aducir que los apartó de las vías “20 días antes del inicio de las últimas negociaciones paritarias sólo por una cuestión política” y que las formaciones estaban “con el mismo deterioro de las que corren en la actualidad”.
“Como continúe Metrovías con el contrato de concesión parasitario con el que se la beneficia desde el ’94, iremos al paro en los próximos días”, dijo a DyN el secretario general de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP), Roberto Pianelli.
Adujo que “toda la plata para el funcionamiento” del transporte de pasajeros “la pone el Estado” y se preguntó “para qué está entonces la empresa”, perteneciente al Grupo Roggio, tras lo cual reclamó “romper el contrato de concesión” con la compañía.
Luego, el jefe sindical denunció que “es falso que se estén reparando las 20 formaciones que sacaron de circulación” en julio último, porque “ni siquiera se están pintando” esos vehículos.
“Metrovías las retiró 20 días antes del inicio de las últimas negociaciones paritarias sólo por una cuestión política. Esas formaciones estaban con el mismo deterioro de las que corren en la actualidad”, denunció Pianelli.
Por último, reiteró que “serán utilizados íntegramente para pagar el incremento del 23% de aumento salarial” alcanzado en paritarias “los 210 millones de pesos” que el gobierno porteño entregó recientemente a la empresa del Grupo Roggio.
Se refirió al dinero que la administración central giró para el subte y el premetro desde principios de año, que permanecía en una cuenta bancaria porque el gobierno capitalino se negaba a retirarlo en medio del demorado traspaso del transporte de la Nación a la Ciudad, la que finalmente tuvo que proporcionarlo a la compañía tras un fallo judicial que lo ordenó.