"Ahora no la voy a votar a Patricia" era el mensaje que más circulaba el sábado por los chats de los bullrichistas indignados. Habían demonizado durante meses la figura de Horacio Rodríguez Larreta y no podían creer que su líder política tomara la decisión de respaldarse en el jefe de Uspallata para transitar el tramo final de una campaña que deparó más sorpresas que las esperadas. Algunos buscaban contenerlos, explicarles. Otros pronosticaban -pragmáticos- que "la van a votar igual".
Cerca de la candidata a Presidenta no dudaban. "Era esto o la nada, el cambio se lo llevó (Javier) Milei y la marca de la coalición mide más que Patricia. A nosotros nos queda pararnos en el lugar del cambio posible, ordenado, seguro, concreto. El que puede realizarse, el que te asegura que no habrá una nueva frustración, que es el nuestro, porque tenemos la fuerza política necesaria y el liderazgo imprescindible", explicaban el sábado por la mañana en el Jardín Botánico.
La movida sorprendió a todos, incluido a Mauricio Macri, aunque él intentó esa puesta antes de las primarias como un recurso que evite la sangría interna. Solo él venía alertando de la potencia electoral de los outsiders en la región y nadie entendía demasiado de qué estaba hablando. En su visión, la pelea interna debilitaba las chances de Juntos por el Cambio. Pero no fue escuchado. Aquí y allá, cada palabra que pronunciaba era leída como producto de su vocación por mantenerse en el poder.
Quienes lo rodean explican así la felicidad que el expresidente exhibió en la noche de las PASO y el mensaje de felicitaciones por WhatsApp que envió a Milei. En definitiva, había acertado el diagnóstico. Y mientras muchos en su propio partido lo criticaban, el libertario siempre hablaba bien de él. Como le dijo a El Cronista un viejo amigo, "la experiencia de ser más querido fuera de su propia casa no era nueva para él, pero en política las lecturas siempre son infinitas".
Ante la necesidad, es decir, la posibilidad de quedar afuera del balotaje y poner en riesgo lo construido durante 20 años durante los que fueron demostrando que la clase media encontró en Juntos por el Cambio una nueva representación política, los melones se fueron acomodando. La encuesta de su equipo de estrategia la deja tercera. Con ese dato, levantó el teléfono y se puso en contacto con Rodríguez Larreta, que rápidamente dio el sí. Claro, todo fue a último momento, con heridas y sin plata.
Se comenta que el presidente de la Legislatura porteña, Emmanuel Ferrario, y el legislador y jefe de campaña Juan Pablo Arenaza, fueron de los pocos que involucró Bullrich para llevar adelante la última jugada de campaña que ella misma definió, al pedir el envío del comunicado a su jefe de prensa, de "importante anuncio".
Las repercusiones en el bullrichismo del pacto con Larreta
Pasados los días, ya se escuchan en el bullrichismo comentarios del estilo "me deja tranquilo que Patricia lo tenga más claro que yo". Se reconocen las dificultades logísticas de una campaña que siempre fue a pulmón y empiezan a valorar el "orden" que supo imprimir entre los suyos el Jefe de Gobierno porteño.
El resultado fue un fiasco electoral, sí -dicen que por una mala lectura de los cambios que se estaban operando socialmente, bajo una estrategia que siempre fue bendecida por Jaime Durán Barba-, aunque de alto profesionalismo.
Por su propia historia, la campaña de Bullrich fue de corte "aluvional", de espíritu menemista. Un líder, empatía, gente en la calle, responsabilidades diluidas y un solo jefe, ella misma. Le faltó la "revolución productiva", el "salariazo", no tuvo la esperanza. Pero supo virar cada vez que la realidad se lo fue exigiendo. Sumando primero al IERAL de la Fundación Mediterránea, con el equipo de Carlos Melconian y al mismísimo Rodríguez Larreta después.
Cómo será la última semana de Bullrich antes de la elección
Con los pocos recursos en los que quedó su armado político, limitados a los que el Estado anticipa a los partidos, Bullrich sigue dando pelea en la última semana antes de la elección como "un toro que es enfrentado a la lidia, mirándote de abajo y dispuesto a comerte vivo si te interponés en su camino".
"Esa es Bullrich, crece cuando más difícil se pone la cosa. Yo la ví pelearse con todo un gabinete junto que le pedía que entregue a un gendarme para dar por cerrada la situación y ella se negaba porque no era verdad", asegura un exfuncionario.
Su semana es fuerte. Arrancó con el cierre en CABA en las Barrancas de Belgrano, sigue con San Juan y Mendoza, luego a Córdoba y Santa Fe y el jueves en Lomas de Zamora, el segundo distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires, este año en estado de shock por los escándalos de corrupción del intendente con uso de licencia, Martín Insaurralde.
Dicen que su candidato a gobernador Néstor Grindetti se opuso hasta último momento a realizar allí el cierre de campaña, que esperaba liderar él y en Lanús, a lo sumo realizando una caravana por algunos distritos de la Tercera Sección Electoral, que podría incluir Lomas. Pero el equipo territorial de la candidata presidencial se impuso para darle un respaldo vital al candidato a intendente Guillermo Viñuales.
Su caso exhibe como pocos los daños que causó la interna de Juntos por el Cambio. Unión por la Patria obtuvo 36,80% (26,56% concentróSergio Massa y Juan Grabois, 10,24%) y Juntos por el Cambio 25,40% (Bullrich, 13,69% y Rodríguez Larreta, 11,71%). Sin embargo, Viñuales logró la candidatura a intendente a pesar de haber jugado para Larreta, porque logró el corte de boleta más favorable en JxC, que alcanzó 500.000 votos.
De más está decir que Viñuales rogó, como tantos en la Provincia, por una lista única entre Bullrich y Rodríguez Larreta en la Provincia de Buenos Aires, o por lo menos una "Y" que evitara que se desangre la coalición entre Grindetti y Diego Santilli.
"Finalmente la oposición quedó dividida en tres", se lamentó un dirigente lomense, hablando del candidato de La Libertad Avanza, sin desconocer los lazos entre quien representa a Milei y los amigos de Insaurralde. Que el acto de cierre se haga en Lomas es, en parte, un reconocimiento de ese error.
El mensaje que preparó Macri en el cierre de la campaña
El expresidente está sumado finalmente a la campaña. Su ajenidad no fue la única. Es lo que le pasó a todos los dirigentes de Juntos por el Cambio hasta que Patricia dio el volantazo y sumó a Rodríguez Larreta.
Macri pasa hoy por Mar del Plata, el miércoles, por Lanús y cerrará la campaña de su primo Jorge en la Ciudad de Buenos Aires.
Ya había adelantado horas antes de que haría una declaración personal pidiendo el voto para la fórmula Bullrich-Luis Petri.
"Te pido que votes a Patricia", tituló Macri. Finalmente estamos ante el momento decisivo. El domingo los argentinos elegiremos hacia dónde ir. No debería ser difícil decidirse entre las opciones que tenemos. Por un lado, está Patricia, que llegará con un equipo técnico de primer nivel".
Nota en desarrollo.