Si cumpliese la totalidad de la pena impuesta por la Justicia como responsable por la Tragedia de Once, Sergio Cirigliano dejará la prisión en 2025, a los 60 y, probablemente, con mucha vida por delante. En las mismas circunstancias, Juan Pablo Schiavi saldrá de la cárcel en 2024, a los 65. Ricardo Jaime lo hará en 2022, a los 67, también perfilado para disfrutar mucho tiempo más de su familia.

Tres de los principales responsables de la Tragedia de Once pagarán con condenas efectivas su culpa por la injusta muerte de 51 personas el 22 de febrero de 2012, a las ocho y media de la mañana, cuando un tren de la línea Sarmiento se estrelló contra el andén de la estación cabecera.

Penas leves para los protagonistas de un entramado mafioso formado por empresarios y funcionarios que marcaron a fuego lo peor del Gobierno que acaba de irse. La tragedia de Once fue el principio del fin del kirchnerismo. Como nunca en 12 años de Gobierno, salieron a la luz todas las miserias de un Estado maniatado por la corrupción. Y, en mayor o menor medida, los involucrados pagarán las consecuencias. Faltó Julio De Vido en la lista de hoy. Nada menos.

El cálculo de las edades sirve para pensar, por ejemplo, cuántos años tendría Lucas Menghini Rey, la última víctima conocida en la Tragedia, si estuviera vivo, por ejemplo, en 2025, cuando concluya la pena de Cirigliano. Apenas 34 años y, absolutamente, todo por hacer. Su pérdida, como la de otras 50 años, merecían una condena mucho más contundente.