Este martes 30 de diciembre el jefe de Gabinete y exportavoz presidencial, Manuel Adorni, dará una última conferencia de prensa a las 11 para hacer un balance de gestión y anunciar las últimas medidas del año del Gobierno de Javier Milei, que se preparará durante el mes enero para afrontar los primeros desafíos de 2026.
El funcionario y mano derecha de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, por ahora tiene planes de continuar oficiando como vocero pese a que su interacción cotidiana con la prensa fue reducida desde que asumió como jefe de Gabinete.
Incluso, coquetean con la idea de que retome con más frecuencia las conferencias en el próximo año, las cuales habían sido limitadas durante el período electoral.
A modo de cierre, los ministros ya habían sido convocados por el primer mandatario para un asado de fin de año en la Quinta de Olivos la semana pasada. Como “premio” por el desempeño, además de haberles regalado un polémico libro sobre el libertarianismo, este viernes recibirán un aumento de sueldo que buscará “recomponer lo perdido durante estos últimos dos años”, ya que había sido un tema sensible dentro de las áreas ajustadas.
Así como el Congreso entrará en período de receso, en la Casa Rosada se espera que solo un despacho mantenga movimiento intenso tras el fin de semana festivo: el del ministro del Interior, Diego Santilli, quien ya avisó que no se tomará vacaciones en enero para retomar las reuniones bilaterales con los gobernadores en pos de afianzar las negociaciones por la modernización laboral que se tratará en febrero.
Pero no es el único tema pendiente que urge al oficialismo, ya que un funcionario de alto rango reconoció ante El Cronista que hay gobernadores que presionan para que envíen los pliegos de la justicia. “Es una vergüenza que no hayan nombrado a ningún magistrado. Están funcionando con el 50%”, criticaron en off the record desde una provincia cercana a Milei.
El pedido concreto fue que los apuren para extraordinarias, pero la respuesta fue negativa. Lo cierto es que, tal como contó este medio, la negociación está atada a lo que resuelvan internamente en el Gobierno sobre la cabeza de la cartera judicial, ya que otra definición que quedó pendiente es el futuro de Mariano Cúneo Libarona. El titular del ministerio solo se quedó temporalmente por pedido de los hermanos Milei cuando ya había presentado su renuncia, días antes de las elecciones del 26 de octubre.
Se trata de unas de las áreas que en las que todavía influye el asesor presidencial, Santiago Caputo, a través del viceministro Sebastián Amerio. Del lado oeste de Balcarce 50, desde el despacho del asesor de Karina, Eduardo “Lule” Menem, donde frecuenta el apoderado Santiago Viola, también comenzaron a tejer una negociación, según reconocieron fuentes de la Casa Rosada en reiteradas ocasiones.
“Está todo cerrado, pero es secreto de estado”, definió la semana pasada uno de los interlocutores más altos del Gobierno.
Las conversaciones con el peronismo, que serán necesarias para conseguir los dos tercios para cubrir a la Corte Suprema de Justicia, también atraviesan las designaciones pendientes en el Senado por la Auditoría General de la Nación (AGN).
Mientras que en la Cámara de Diputados el oficialismo apuró a las tres de la mañana la jura de los tres auditores que le correspondían, en la Cámara alta no quisieron embarrar el terreno del Presupuesto y se preparan para cubrirlas en “la próxima sesión” durante las extraordinarias.
Para este caso, negocian otorgarle un auditor a La Libertad Avanza, uno al peronismo y el tercero, en vez de ir para “las provincias”, será para la Unión Cívica Radical (UCR). Los tres nombres que circulan son Javier Fernández, quien se apunta para otro mandato, y el radical Luis Naidenoff, mientras que para el oficialismo se abre la puerta de suspenso sobre si insistieran con Viola: otra vez, dependerá de lo que se resuelva de la interna judicial.
Con esa disputa en suspenso, otra área clave del asesor todoterreno que estará sujeta a cambios en los próximos meses es la Secretaría de Inteligencia (SIDE), que viene de una rotación clave con la reciente salida de Sergio Neiffert.
La reconfiguración que vendrá de la mano de Cristian Auguadra, el nuevo titular, si bien no implicará una reestructuración del organismo, sí buscará absorber las direcciones del Ministerio de Seguridad para controlar la Inteligencia Criminal y Militar.
Mientras tanto, los esfuerzos de la Mesa Política se concentrarán en conseguir los objetivos legislativos en febrero. Además de la modernización laboral, que incluye un paquete fiscal, podría sumarse la famosa reforma tributaria, en conjunto con la ley de Glaciares y el proyecto de Regla Fiscal que al final no prosperó durante las extraordinarias de diciembre.
Si bien el Gobierno cerró el arduo 2025 con una victoria electoral que desembocó con el moño de la aprobación del Presupuesto 2026, el objetivo no se logró sin los intensos vaivenes de negociación con el Congreso, por lo que desde el oficialismo encaran este segundo tramo a sabiendas de que el Palacio Legislativo no será una escribanía.
En el interín, en el Gobierno se entusiasman con la idea de que la sanción de Inocencia Fiscal permita un crecimiento importante de la economía para el próximo año que, en conjunto con el cierre del acuerdo comercial con Estados Unidos y, del otro lado, medidas paliativas sociales que trabaja la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, blinden el terreno para la llegada del 2027, para cuando Javier Milei buscará la reelección.