La fiscal de la causa por la muerte de Alberto Nisman, Viviana Fein, tomó ayer contacto con la ex esposa del fiscal, la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien podría presentarse como querellante en representación de sus dos hijas. Además, se reunió en la sede de la Fiscalía con la madre y la hermana del fiscal, que evalúan la misma acción.
Luego de un operativo con el que lograron desprenderse de la guardia periodística a través de la salida por un edificio vecino, Fein brindó a la prensa detalles de la entrevista con la ex esposa de Nisman. "La doctora Salgado habló conmigo de manera personal para conocer la causa y la idea de constituirse en parte querellante, que es legal. Aun no fue aceptada como parte querellante ni tampoco presentó el pedido formal. No se tomó ninguna declaración personal, hablamos mucho y quedamos en apoyarnos en la causa", señaló la fiscal en declaraciones a la prensa.
En el brevísimo contacto que tuvo con los periodistas, Arroyo Salgado pidió no hacer "conjeturas" sobre el hecho. "No puedo hacer conjeturas. Respetemos a la Justicia, hay que dejarla actuar", se limitó a señalar la mujer, recién llegada de Europa junto a su hija, con quien se encontró luego de la decisión de su ex marido de poner fin de manera anticipada a sus vacaciones para regresar a Buenos Aires.
La conversación entre Fein y la ex esposa de Nisman fue corta pero contundente: la fiscal le explicó "las medidas adoptadas en el expediente". "Hemos hablado sobre lo practicado en la causa", indicó la fiscal, quien también aclaró que todavía Arroyo Salgado no notificó por "escrito" si pretende constituirse en parte querellante.
La relación entre Nisman y su ex esposa era buena y planeaban pasar unos días en Europa con sus hijas, pero el fiscal regresó abruptamente al país el 12 de enero y radicó la denuncia ante el juzgado de Ariel Lijo, en la que imputa a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y al canciller Héctor Timerman por el presunto encubrimiento de ex funcionarios iraníes vinculados al atentado a la AMIA.
También declaró ante la fiscal parte del personal de seguridad de Nisman. Se trata de dos de los diez custodios de la Policía Federal que estaban destinados en la vivienda del fiscal. Ambos explicaron que nunca subieron al departamento del funcionario y que el domingo antes del mediodía intentaron comunicarse con él sin éxito desde una cochera de Le Parc que se usa para invitados.
En un lapso que no puede aún establecerse, esos agentes se comunicaron con la secretaria de Nisman para conocer si éste tenía alguna reunión de la que no habían sido avisados, por lo cual la colaboradora del fiscal buscó tomar contacto con él y, al no obtener respuesta, empezó a llamar a familiares del fiscal.
La fiscal Fein, que maneja como hipótesis principal el suicidio, explicó: "No sabemos el móvil, estamos trabajando con la parte técnica para poder contar con la aparatología de telefonía" para obtener el registro de los llamados que recibió el fiscal antes de su muerte en Puerto Madero. "En cuanto al contenido (de los llamados) sólo lo voy a ver yo cuando el personal civil lo vuelque en papel", añadió la fiscal, quien solicitó detalles sobre las comunicaciones telefónicas y mensajes entrantes y salientes de hasta cinco días antes del fallecimiento.
Respecto de Diego Lagomarsino, el empleado de la Fiscalía especial que dirigía Nisman, un licenciado en informática que ya declaró ante la Justicia y que es quien le llevó la pistola Bersa calibre 22 al fiscal, Fein desestimó medidas. "Por ahora no podemos hablar de ninguna imputación procesal ni nada que se le parezca", acotó Fein, quien este martes tomó declaración testimonial al decano del Cuerpo Médico Forense, Roberto Godoy, y al director de la morgue, entre otros.