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El Ministerio de Economía, que conduce Luis Caputo, envió a la Cámara de Diputados el adelanto del proyecto de Presupuesto 2026 en donde reveló qué va a pasar con los impuestos a la espera de la "reforma tributaria estructural" que se prometió para este año.

"La recaudación de impuestos nacionales y de contribuciones a la seguridad social en el año 2026 se estima que aumentará un 22,3% respecto de la recaudación proyectada para el año 2025, aumentando 0,51 puntos porcentuales (p.p.) del PIB respecto del año anterior", marcaron.

Que se explicaría a partir de los aumentos proyectados en la actividad económica, los volúmenes del comercio exterior, la remuneración imponible, los puestos de trabajo, los precios, el tipo de cambio y los incrementos de las ganancias de las personas humanas y sociedades.

"En el mismo sentido incidirán los mayores ingresos esperados correspondientes a los regímenes de facilidades de pago", puntualizaron. A pesar de que esta es una vía de ingreso que el Fondo Monetario Internacional (FMI) solicitó al equipo económico dejar de utilizarla.

El Impuesto al Valor Agregado (IVA) presentaría un aumento de 18,7% respecto a 2024 impulsado por el incremento del consumo en términos nominales. Mientras que Ganancias lo haría en 23,2% por las subas proyectadas en los precios, el tipo de cambio, las remuneraciones, las importaciones.

"En la comparación interanual incide de manera positiva, la modificación de la forma de liquidación de los anticipos de las sociedades comerciales, así como también la actualización del cálculo de los anticipos de las personas humanas", puntualizaron.

Por su parte, los Impuestos Internos Coparticipados aumentarían un 21,4% con respecto al año anterior por el efecto neto de las variaciones esperadas en las ventas nominales de los productos gravados e importaciones.

La mala vendría del lado del impuesto sobre los Bienes Personales que tendría una disminución del 13% por la reducción de la alícuota más alta del 1,25% al 1% como también de la adhesión al Régimen Especial de ingreso del Impuesto sobre los Bienes Personales (REIBP).

"Como también por las menores retenciones por la eliminación del régimen de percepción para la compra de divisas para atesoramiento y por los menores montos previstos en facilidades de pago", destacaron.

En cuanto al Impuesto sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono, que los gobernadores solicitan disolver los fondos fiduciarios y una nueva fórmula para repartir los ingresos, la recaudación crecería un 61,2% respecto de 2025.

"La variación se explica, principalmente, por las actualizaciones de las sumas fijas para determinar el impuesto, las cuales continuarían aumentando gradualmente para aproximarse a las sumas fijas que correspondería aplicar según el Decreto N° 501 del 31 de mayo de 2018", adelantaron.

El futuro de las retenciones

En la semana en donde el Gobierno no prorroga la baja de las retenciones a la soja y el maíz, aunque si para trigo y otros cultivos, aumentarían un 66,7% el próximo año y con eso pasarían a representar 1,07% del PBI en 2025 a 1,50% en 2026. En ese punto el Gobierno reveló que no se prorrogaría la rebaja de las alícuotas del Decreto N° 38 del 25 de enero de 2025 (trigo y otros cultivos).

En cuanto a los Derechos de Importación y la Tasa Estadística serían un 7% superior al registrado en el año 2025 por los aumentos estimados en las importaciones y en el tipo de cambio nominal. Aunque en términos del PBI se ve afectada por las medidas de reducción de aranceles a la importación.

¿Más consumo y empleo?

La recaudación del Impuesto sobre los Créditos y Débitos en Cuentas Bancarias y Otras Operatorias registraría un alza de 20,2% con relación al año anterior por el aumento en el monto de las transacciones bancarias gravadas.

Mientras que las contribuciones a la seguridad social, que incluyen los aportes personales y contribuciones patronales de los trabajadores en relación de dependencia, de los autónomos y del personal activo de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, crecerían un 17,9% frente a 2025 como resultado de los aumentos estimados en los salarios nominales imponibles y de la recuperación de los puestos de trabajo.

En cuando a la presión tributaría pasaría del 22,23% del PBI en el año 2025 a 22,74% (aumento de 0,51 p.p.), lo que respondería a modificaciones en el contexto macroeconómico como a medidas de política y administración tributaria.