El Gobierno sigue buscando organismos oficiales de los que obtener financiamiento. El nuevo objetivo es el Fondo de Garantía de los Depósitos bancarios, administrado por una sociedad en la que son accionistas el Banco Central y los bancos (a través de la Caja de Valores) y que preside Enrique Arceo, vicepresidente del Banco Nación y cercano al ministro de Economía, Axel Kicillof. Es un fondo que, en total, tiene más de 20.000 millones de pesos.

Un decreto con las firmas de la presidenta Cristina Kirchner, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y Kicillof, modifica el artículo que regula qué proporción del fondo puede ser invertida en títulos públicos nacionales. La modificación amplía sustancialmente el límite anterior.

El Fondo de Garantía de los Depósitos (FGD) está integrado por aportes que los bancos deben realizar obligatoriamente vinculados, justamente, a los depósitos que maneja cada entidad financiera. El objetivo del sistema, según la ley que lo creó en 1995, es “cubrir los riesgos de los depósitos bancarios, en forma subsidiaria y complementaria al sistema de privilegios y protección de depósitos establecido por la Ley de Entidades Financieras”; si el Banco Central suspende a una entidad financiera, el fondo debe “disponer el reintegro a sus titulares de las sumas depositadas”.

Como otros fondos de este tipo, el FGD debe ser invertido de modo de resguardar y en lo posible maximizar su valor. Y hay una serie de reglas para esas inversiones.

Hasta hoy, la reglamentación establecía que “los recursos del FGD” debían ser invertidos “en condiciones similares a las fijadas para la colocación de las reservas internacionales de divisas del Banco Central” y que el mismo BCRA podía “autorizar que hasta un 50% de los bienes que componen el FGD se invierta en títulos públicos nacionales”.

Pero el decreto 1653 publicado hoy en el Boletín Oficial modifica ese artículo y establece que “los recursos del FGD serán invertidos en: títulos públicos nacionales, sean en moneda nacional o extranjera, en un porcentaje de su cartera no superior a la proporción de los depósitos en moneda local en el total de depósitos a la vista y a plazo del sistema financiero; y en activos externos elegibles para las inversiones de las reservas internacionales del país”.

Según las últimas estadísticas publicadas por el Banco Central, los depósitos en pesos representaban a fin de mayo más del 90% de los depósitos totales del sistema financiero nacional ($ 1,07 billón en moneda nacional contra $ 90 mil millones en moneda extranjera, tomando tanto los depósitos del sector privado como los del sector público).

Eso quiere decir que si hasta hoy el FGD podía invertir hasta el 50% en bonos del Gobierno, ahora puede invertir hasta más del 90% en títulos públicos.

El fondo es administrado por SEDESA, una compañía creada exclusivamente con ese fin. En esa Sociedad participan el Central, con una acción clase A, y las entidades financieras, representadas por la Caja de Valores como titular fiduciario de acciones clase B. Como con sus accionistas, las autoridades de SEDESA representan al sector público y privado: el presidente es Arceo, del Nación; el vice es Norberto Peruzzotti, director ejecutivo de ADEBA; y el director ejecutivo, Claudio Cesario, presidente de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA). La última información sobre el FGD, arrojaba para el 24 de julio de este año un volumen total de $ 20.196 millones.