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Podría parecer increíble, pero la interna entre dos sectores de Fuerza Patria en la localidad bonaerense de Morón se mantiene encendida y, lejos de haber sido extinguida, parece arder con el riesgo de perjudicar a todo el frente y a dos de las terminales más encumbradas, como son Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof.

Desde hace varios meses, el intendente Lucas Ghi y su mentor político Martín Sabbatella no ocultan su enfrentamiento. El extitular del AFSCA quiere volver a ser jefe comunal y le disputa poder y territorio a Ghi, quien respondió depurando su equipo de trabajo y quedándose con los funcionarios que le son más leales.

Ese conflicto terminó en un verdadero escándalo semanas atrás cuando fueron conminados a inscribir una sola lista en el distrito. Las negociaciones se tensaron hasta tal punto que la nómina de Fuerza Patria fue inscripta fuera de término y fue objetada en la Justicia. Esa resolución significaba que en Morón no sólo no habría lista unitaria para el Concejo Deliberante, sino que tampoco estaría la "seccional" que encabeza Gabriel Katopodis.

Estaban en juego decenas de miles de votos y Fuerza Patria consiguió una medida cautelar en el fuero Contencioso Administrativo que habilitó provisoriamente la nómina unitaria. El juez Marcelo Gradín fue responsable de algunos fallos de corte político, como cuando dictaminó en contra dos artículos del DNU 70/23 y cuando hizo lo contrario, aceptando el reclamo de un intendente contra los cortes de servicios públicos por falta de pago. Sin embargo, la decisión final está en manos de la Junta electoral bonaerense.

La discusión, sin embargo, también deja expuesta una pulseada que, en la mayoría de los distritos quedó latente y que se resume en los alineamientos de los dirigentes municipales respecto de la conducción nacional. Durante este año, Ghi había participado de los actos políticos de Axel Kicillof, mientras que Sabbatella y su esposa, Monica Macha, son claramente dirigentes cristinistas.

Hoy al mediodía, Kicillof inauguró una escuela en Morón y se mostró junto a Ghi, mientras que el sabbatellismo se quejó de haber quedado excluido del acto y de la foto.

El gobernador, que está sumergido en un verdadero raid proselitista que le impone recorrer tres a cuatro distritos por día, se inclinó por mostrarse sólo con Ghi. La situación fue diferente hace una semana atrás, cuando recorrió la costa Atlántica y repartió tiempo entre Fernanda Raverta y Gustavo Pulti, otros dos dirigentes que no acordaron una lista de unidad para el 7 de septiembre.


El armado de la lista para el Congreso

Mientras que la campaña para las legislativas bonaerenses se mantiene "fría" y con "mucha apatía" de los votantes, según los dirigentes, el peronismo busca cerrar la lista de nombres que serán candidatos para la Cámara de Diputados. Mientras en La Pampa ya se anunció su integración, en Provincia son poco optimistas: "Vamos a estar hasta último minuto debatiendo", señalan fuentes confiables en diálogo con El Cronista.

La decisión se reduce a lo que definan tres personas: Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa. Buenos Aires, Ciudad, Santa Fe y Córdoba son aquellas con mayor "rosca" por su peso propio. En las otras provincias se puede esperar más o menos debate, pero también una resolución más rápida.

Por el lado de La Cámpora hubo un operativo clamor para pedir que sea Máximo Kirchner quien encabece, pero también se dejó trascender que dejarían a Kicillof que elija al candidato. Desde La Plata, responden en espejo: "No vamos a pedir encabezar la lista de diputados nacionales".

También desde La Cámpora se había afirmado que el gobernador pedía que el titular fuera el exministro Jorge Taiana. "Eso fue un ejemplo porque creemos que lo ideal sería alguien que sea síntesis de todos los espacios", aclararon desde el kicillifismo y disparan: "Si Máximo quiere encabezar, lo apoyaremos como hicimos siempre".

Por ahora, tampoco hay novedades sobre el estado de las negociaciones con Juan Grabois, quien no firmó la conformación de Fuerza Patria y pide lugares tanto en la Provincia como en la Ciudad. Ambas negonciaciones se encuentran estancadas.