El paro en el puerto de Rosario vivió hoy su séptima jornada de protesta y amenaza con agudizarse.
Los empleados nucleados en la CGT de San Lorenzo mantienen bloqueadas desde el miércoles último las plantas y los puertos de empresas como Bunge, Cargill, Louis Dreyfus, Molinos, Noble y Vicentín. Esa medida generó roces con el sindicato de aceiteros, que temen que sus afiliados sean suspendidos.
El secretario general de la CGT de San Lorenzo, Walter Cabrera, advirtió que “van a crecer más las medidas gremiales, se van a generar más disturbios para la sociedad”
Por su parte, Pablo Reguera, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros de San Lorenzo (Rosario), el otro sindicato que nuclea a los trabajadores portuarios pero que, sin embargo, no está adherido al paro, señaló: “Vamos a pedir que no suspendan gente, que no pierdan el salario. Si no, va a haber un enfrentamiento”, señaló al referirse a una posible suspensión de los empleados que no pueden ingresar a las plantas.
La paralización, que mantiene sin actividad el procesamiento y los embarques agrícolas, comenzó el miércoles último en reclamo de una mejora salarial. Esa medida trajo como efecto colateral el impulso de los precios de los futuros agrícolas en los mercados internacionales.
Hasta el momento, la protesta mantiene demorados a 22 buques en las localidades de San Lorenzo, San Martín y Timbúes, en el área portuaria de Rosario.
La demanda
Los trabajadores adheridos al paro reclaman un mínimo de $ 5000, la misma suma que los obreros aceiteros lograron tras la negociación que mantuvieron con las firmas agroexportadoras en diciembre último.