Una misión del FMI llegará este martes al país para supervisar el desempeño del programa. El Gobierno alista las cartas que le presentará a Bikas Joshi, el funcionario del Fondo que encabezará la misión.
El organismo evaluará el desempeño del Acuerdo de Facilidades Extendidas firmado en abril por u$s 20.000 millones y que implicó un desembolso inicial de u$s 12.000 millones.
Desde el Ejecutivo se blindaron en materia de precisiones sobre la visita de los enviados del organismo. Sin embargo, es esperable que se reúnan con las autoridades del Palacio de Hacienda y del Banco Central, pero la mayor parte de los intercambios será con los equipos técnicos de ambos organismos.
La misión revisará el cumplimiento de las metas fijadas para el pasado 13 de junio. La de acumulación de reservas, la más mirada por el mercado, se incumplió al día de la fecha, pero su revisión formal se pospuso para fines de julio.
Sin embargo, la posición argentina sigue fortalecida y alimenta la expectativa de que, de todas maneras, se concrete el desembolso de los u$s 2000 millones que correspondían a la primera revisión.
Es que a pesar de la caída de la recaudación en mayo, el Gobierno pudo repetir el superávit, acumuló un superávit primario de 0,8% y se dispone a sobre cumplir la meta de 1,3% del PBI. En paralelo, el PBI más que recuperó la caída que había registrado a principios de 2024 y en el primer trimestre de 2025 registró una suba interanual de 5,8%.
El negociador
La misión técnica llegará con Joshi como su encargado. El funcionario lleva casi 23 años en el FMI e integra la misión argentina desde diciembre de 2024. Participó de las negociaciones de abril junto a Luis Cubeddu, jefe de la misión y asistente del director del Hemisferio Occidental, el desplazado de la agenda argentina Rodrigo Valdés.
Joshi estuvo a cargo de la misión de Baréin entre 2017 y 2020, y entre julio de 2023 y diciembre de 2024 fue el responsable de la de México. Trabajó como jefe de la división de análisis y estrategia para Medio Oriente y Asia Central, fue asesor del directorio, supervisó la vinculación con el G20 y fue economista del organismo para Hungría, Yemen, Uzbekistán, Bulgaria, Azerbaiyán y Camboya.
En 2015 fue representante residente del organismo en Moscú, Rusia, pero su primera aproximación al organismo fue en 1999, cuando fue pasante en un estudio sobre el comercio e inversión de China e India.
Antes de eso, estuvo en el Banco Mundial por 4 meses, dio clases para estudiantes de maestría en Columbia y escribió columnas en un diario de Nepal.
Nacido en Nepal, formado en Harvard y Columbia (donde conoció a su esposa), sus trabajos estuvieron volcados a temas como la sostenibilidad de la deuda, tipo de cambio e impacto de los programas con financiamiento del FMI.
También se dedicó a analizar las crisis de la balanza de pagos y como el organismo puede asistir para prevenirlas. En un trabajo realizado junto a otros investigadores del organismo en 2008 propuso que los países con déficit de la cuenta corriente que tengan afluencia de capitales externos no aprecien su tipo de cambio porque podría empeorar la situación de la cuenta, y que apunten a políticas que limiten la apreciación cambiaria nominal y real para recuperar competitividad externa. Para ello, propone que apelen a políticas monetarias y fiscales restrictivas que frenen la actividad económica y reduzcan el déficit de cuenta corriente.
En Baréin propuso políticas para avanzar en reformas estructurales que impulsen el crecimiento, la diversificación de la actividad económica y la transformación del rol del Gobierno, en especial en políticas educativas focalizadas hacia los cambios en el mercado laboral.
En 2014, durante su estadía en Rusia deslizó posturas que podrían asimilarse a las políticas que impulsa el Gobierno argentino, al subrayar que el involucramiento del Estado en la economía rusa era un problema y pedía una reforma en el plan de jubilaciones y que atrajeran inversiones para infraestructura y logística.
Previo a su paso por México, fue jefe de la división de revisión y estrategia de los préstamos del organismo, área encargada de determinar las políticas y direcciones del organismo, supervisar la implementación de las políticas recomendadas y de los préstamos. Funciona además de enlace con otros organismos. Esto último tiene especial relevancia en el caso de Argentina, ya que el préstamo otorgado por el FMI fue acompañado por líneas de financiamiento de otros organismos como el BID y el Banco Mundial.