Los países integrantes de la Unasur tienen previsto, en la reunión que se inició ayer en Caracas, una fecha para establecer el inicio de las actividades del Banco del Sur en función de los aportes que deberá efectuar cada país miembro.
Fuentes de la delegación argentina que encabeza el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, han admitido que la Argentina aportará unos u$s 400 millones a la institución como miembro pleno y fundador. Pero la gran incógnita es si Brasil aportará su cuota para poner en marcha el banco.
Lorenzino consideró ayer como un avance en proceso de integración de nuestros países el paso dado en Caracas, donde se realizó la primera reunión ordinaria del Consejo de Ministros del Banco del Sur.
Las autoridades brasileñas se han mostrado esquivas a la hora de realizar ese aporte, en particular porque el gobierno brasileño nunca estuvo de acuerdo que funcione en la región una especie de banco de desarrollo ya que ese país tiene el Bndes. Pero ahora se suman otros problemas. De acuerdo a noticias que provienen de un sector de la industria brasileña nucleado en la Fiesp, la poderosa central fabril de San Pablo, Brasil no decidiría capitalizar el banco hasta que no se resuelvan a nivel gubernamental los problemas comerciales entre los dos países. La Fiesp ha alertado acerca los problemas cambiarios que afronto la empresa Vale que la obligaron a retirarse de la Argentina y también a eso se debe sumar la decisión de Petrobras de no vender sus activos al empresario Cristóbal López cuando la venta estaba casi resuelta.
A esto hay que sumar que por el momento Brasil junto a Paraguay son los únicos países que por ahora no ratificaron en sus poderes legislativos el acuerdo suscripto por los presidentes en la cumbre de setiembre de 2009.