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En el ambiente del fútbol se instaló la frase que "compartir campo de juego con Lionel Messi no tiene precio". LaAFA se encarga de desestimar dicha teoría y le puso una estruendosa cotización a todos aquellos países que pretendan llevar a sus tierras a la Selección Argentina.

El 2023 tiene aún varios "huecos libres" para la Albiceleste, calendario que conocen a la perfección cada uno de los postores que desean tener la posibilidad de recibir a La Pulga. Para colmo, haber dado la vuelta olímpica en el Mundial de Qatar 2022 elevó el caché de un seleccionado que ya de por sí era respetado.

Ahora, todas las ofertas que llegaron a Viamonte 1366 para junio tenían propuestas en común: sacar rédito de los derechos de televisión y de los ingresos comerciales de los partidos, obtener un extra por la venta de entradas y conseguir una prima más que tentadora fueron los ítems que se repitieron.

Pero, lógicamente, a esos beneficios extras se le debe sumar un "costo fijo". Allí, la entidad madre del fútbol argentino se puso exigente: un piso de 5 millones de dólares para mover a los campeones del mundo a otro punto del globo terráqueo.

Tapia disfruta de este increíble momento de la Selección Argentina

Con esos montos sobre la mesa, cinco meses después de conquistar Medio Oriente la Selección Argentina se convirtió en el rival más solicitado -y cotizado- del planeta. Por el momento se están analizando diferentes alternativas pero recién se resolverá cuando Lionel Scaloni determine qué rival le sienta mejor a su planificación.

Hay posibles adversarios

Lo más probable es que Argentina dispute su primer partido de junio en China, siendo Australia uno de los candidatos a ser el oponente siempre y cuando sea aprobado por el cuerpo técnico. También está sobre la mesa que de ahí vuelen hacia Indonesia para medirse al equipo anfitrión que en la actualidad está en el puesto 149 del escalafón mundial.

En caso de concretarse estas dos variantes, quedaría en evidencia de que la gira excedería las cuestiones deportivas y tendría un importante contexto político.

Por un lado, para buscar un fortalecimiento entre China y Australia, que mantienen grandes diferencias; por el otro una compensación para Indonesia, que perdió la localía del Mundial Sub 20 a causa de las protestas contra la participación de Israel.