Según la definición, los buitres son aves rapaces que suelen alimentarse únicamente de animales muertos, aunque a falta de estos, son capaces de cazar presas vivas que estén débiles y/o enfermas.
El lunes 30 de junio la Argentina incumplió con el pago de su deuda por u$s 539 millones y entró en moratoria por treinta días. Si en dicho plazo no llega a un acuerdo con los Fondos Buitres, entrará nuevamente en cesación de pagos (default), con todas las implicancias negativas que ese escenario conlleva tanto en el plano financiero, como en el económico.
Si bien considero irrelevante distinguir entre la retórica de los términos Hold Outs o Fondos Buitres, bien la definición del primer párrafo resume el estado de situación que atraviesa la economía argentina: débil y enferma.
Por eso este nuevo capítulo de la deuda externa no puede verse como un hecho aislado, sino que forma parte de un contexto interno, una realidad argentina propia. En este sentido, el mismo 30 de junio también terminó el primer semestre del año, semestre que resultaba clave para el gobierno es post de generar un puente para llegar a diciembre 2015, pero que en materia económica ha sido calamitoso. Hagamos un breve repaso sobre cinco indicadores clave.
En cuanto a la actividad, la industria cae 4,4% en el acumulado de los primeros cinco meses del año (FIEL), 21,4 % cae el sector automotriz y 3% la construcción (Indec) en el mismo periodo. El primer trimestre del año el PBI se contrajo 0,8% (Indec), acumulando así su segunda caída trimestral consecutiva, tras el 0,5% del cuarto trimestre 2013, lo que técnicamente es considerado recesión. Los últimos números de consumo e inversión también están en retroceso, al igual que los datos de empleo. Mire por donde se lo mire, el nivel de actividad está en claro descenso.
En el plano fiscal, con la economía entrando en recesión, y una recaudación en declive en términos reales, el gobierno no podrá acomodar los gastos con los ingresos, por lo que el déficit fiscal (hoy -2%/PBI) y financiero se irá agravando.
En materia de precios el panorama tampoco es positivo y la batalla parece perdida. La inflación es sistémica, por la asistencia monetaria del B.C.R.A. al gobierno, e inercial, por el efecto del pass through de la devaluación sobre los precios y por el rol de las expectativas. Según el índice Congreso, la suba de precios en los primeros cinco meses acumula 18,48 % (39,87 % en el acumulado anual) y las perspectivas no son a la baja.
En el mercado de cambios seguimos sin poder salir del cepo cambiario. La inflación, a su vez, atrasa el tipo de cambio y empuja la devaluación que ya acumula 24,90% en lo que va del año y proyecta, a través del dólar futuro, 45% para todo el 2014. El mayor riesgo que enfrenta la economía en los próximos meses es entrar en una espiral de nominalidad ascendente entre inflación y deva luación.
El nivel de Reservas Internacionales se estabilizó en el orden de los u$s 28.800 millones, pero es casi la mitad de lo que había antes de la instauración del cepo cambiario, un nivel muy bajo si se tienen en cuenta los vencimientos de deuda de los próximos meses y el mal desempeño de la balanza comercial, hoy único generador genuino de dólares.
Estos son solo algunas de las innumerables problemáticas que enfrenta una economía argentina totalmente desarticulada. Si la vulnerabilidad externa no es más que una debilidad interna, transitar el puente hacia diciembre 2015 será tarea difícil. Los Fondos Buitre arriba amenazan con dejar al país aislado de dólares en el frente externo; pero más preocupan las aguas turbulentas de abajo, que dan cuenta de una economía sin rumbo, plagada de desequilibrios macroeconómicos, que vive día a día a pura improvisación.